¿Y si China no crece todo lo que espera en 2024?
La situación económica de China se convertirá en el principal desafío para sus autoridades, de cara a las reuniones anuales que comienzan este lunes 4 de marzo en Pekín. Las "dos sesiones" incluyen la reunión de la Asamblea Popular Nacional, el órgano legislativo del país, y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo, que es un órgano asesor.
Los encuentros, encabezados por el presidente Xi Jinping, suelen generar importantes anuncios políticos, incluido el objetivo de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año. Muchos analistas estiman que la segunda economía del planeta establecerá una meta de 5 por ciento, igual a la de 2023.
Ese objetivo fue superado el año pasado, cuando según datos oficiales el país creció 5,2 por ciento, lo que llevó al Banco Central a afirmar que "de cara al 2024, existe una expectativa esperanzadora de una mejora y una recuperación de la economía del país".
Pero en comparación con 2023, los expertos sostienen que para China este año será mucho más complicado.
Cifras a la baja
Max J. Zenglein, economista jefe del Instituto Mercator para Estudios de China, dijo a DW que en 2023 el crecimiento económico chino se vio impulsado por una base relativamente baja en 2022. "Este año la base es un poco más alta. Eso hará que sea más difícil alcanzar ese crecimiento", estimó.
A finales de 2022, el gobierno chino finalmente levantó sus estrictas restricciones para enfrentar la pandemia del coronavirus y abrió su mercado a países extranjeros, cuando la mayor parte del planeta ya había entrado en la era pospandémica.
Wang Guo-Chen, investigador del Instituto Chung-Hua para la Investigación Económica de Taiwán, también estima que dado que el consumo interno ya se recuperó el año pasado tras la reapertura, "ahora en 2024 podría haber una ligera caída". Otros ponen sobre la mesa el hecho de que la recuperación económica china ha sido más débil de lo esperado, lo que alienta el pesimismo.
Organizaciones internacionales pronostican que el crecimiento del PIB de China probablemente se encuentre en los rangos de 4,5 y 4,9 por ciento, mientras que la Academia China de Ciencias Sociales estima que esos números se moverán entre 4,8 y 5 por ciento.
La realidad se muestra más sombría
Pese al crecimiento del año pasado, China está enfrentando una serie de desafíos para mantener la estabilidad de su economía, desde las inmobiliarias endeudadas, hasta los riesgos de deflación causados por la débil demanda interna.
Xu Chenggang, investigador del Centro Stanford sobre Economía e Instituciones de China, dijo a DW que las cifras oficiales del Partido Comunista Chino no reflejan la realidad. "La situación real es que el crecimiento en 2022 fue negativo y en 2023 fue inferior a 1 por ciento", señala, refiriéndose a datos de distintas industrias.
Al desglosar las estadísticas, Xu entrega ejemplos de sectores clave. A pesar del sólido desempeño de los ingresos en áreas como los vehículos eléctricos, las baterías de litio y los paneles solares, todo eso en conjunto contribuye solo a 8 por ciento del PIB chino. En cambio, dice Xu, la mayoría de los sectores, incluidos el inmobiliario, que constituye en torno a 30 por ciento del PIB, han experimentado caídas.
Debido a la falta de credibilidad que tienen las cifras económicas oficiales chinas, muchos esperan que la meta de crecimiento de 5 por ciento para 2024 tenga "un significado más simbólico" que un efecto estimulante para la economía. "Sería una señal simbólica de que la economía china no está tan mal y que el gobierno es capaz de enfrentar los desafíos económicos", dice Liu Wan-Hsin, investigador del Instituto de Kiel para la Economía Mundial.
Xi busca el equilibrio
En medio de las dificultades económicas, las miradas están ahora centradas en las políticas que Pekín podría presentar en estas sesiones. Pero los expertos dudan de que se tomen medidas radicales. "Las ‘dos sesiones' nunca han tenido importancia sustancial", dice Xu a DW, añadiendo que las decisiones importantes realmente las toma el Comité Central del Partido Comunista.
Pero Wang advierte que, sin más intervención del gobierno en el sector inmobiliario, la acumulación de deuda y las crecientes pérdidas podrían llevar a gigantes de esa industria a una ola de impagos e incluso quiebras en 2024. Si a eso se suma que la inversión extranjera directa en China cayó en 2023 a su nivel más bajo desde 2020, el escenario se ve poco favorable.
A pesar de todo, es poco probable que las autoridades esbocen políticas de mayor apertura hacia la economía global. Los expertos estiman que para Xi la prioridad es la seguridad nacional, incluso más que la economía. El mayor desafío para él es encontrar un equilibrio entre ambos aspectos. DW
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