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¿Quién estudia geopolítica?



La geopolítica por sí misma no es una carrera o grado universitario debido a que no existe como ciencia social considerada en términos académicos, sino que constituye una subdisciplina, o si se prefiere un ámbito de conocimiento específico, que en lo más fundamental es dependiente de otras ramas del saber más amplias. Sin embargo, la geopolítica, dada su importancia, es estudiada de diferentes maneras por profesionales de diferente tipo.


Dada la utilidad manifiesta de la geopolítica, y sobre todo a causa de la creciente pujanza que ha adquirido en los últimos años como consecuencia de su popularización en los medios de comunicación, nos encontramos con que la atención que se ha generado en torno a este campo de saber tiene una considerable cantidad de ramificaciones. Esto no sólo se explica por la versatilidad de la geopolítica a la hora de plantear un enfoque específico de ciertos fenómenos, sino también por el hecho de constituir un método de análisis que es susceptible de ser aplicado en diferentes ámbitos. En este artículo vamos a señalar cuáles son los grupos profesionales que estudian la geopolítica y las razones de que esto sea así.


Al margen de todo lo anterior cabe constatar que por regla general la geopolítica es concebida como un instrumento para una mejor comprensión de la realidad internacional. En lo que a esto se refiere es habitual encontrarla ligada a los estudios internacionales, aunque también está presente en las facultades de geografía. Así, la respuesta de quién estudia la geopolítica no se circunscribe a un perfil muy determinado de profesionales, sino que, por el contrario, existen múltiples perfiles. Si por un lado encontramos a los estudiantes de relaciones internacionales y geógrafos entre los principales interesados en estudiar la geopolítica, debido en gran medida por la afinidad disciplinar que existe en ambos casos, no menos reseñable es el interés que esta ha suscitado entre politólogos más recientemente. Aunque la geopolítica no suele constituir parte de la línea curricular de quienes estudian ciencia política, lo cierto es que por una razón de proximidad no son pocos los análisis politológicos que adoptan una dimensión geográfica, y que de esta manera devienen en análisis geopolíticos.


La complejidad de la realidad política, y los cambios que se producen tanto en la esfera internacional como en el ámbito doméstico en áreas como la organización urbanística, han hecho que los politólogos hayan desarrollado una especial sensibilidad hacia la geopolítica en general, y más concretamente hacia las cuestiones geopolíticas. Aunque existe una íntima relación entre el interés que muchos politólogos manifiestan por las cuestiones internacionales y la geopolítica, no es menos importante el interés que esta ha suscitado en su relación con la formulación, diseño y ejecución de las políticas públicas debido a sus efectos en la organización del espacio. Esto es bastante obvio en lo que afecta a las políticas urbanísticas, pero también en todo lo relativo a cuestiones medioambientales, de infraestructuras, comunicaciones, organización territorial, etc. Y tampoco es desdeñable la importancia de la geopolítica en los estudios electorales a la hora de analizar la distribución del voto desde una perspectiva geográfica.


En otro lugar no menos importante nos encontramos con los periodistas, gremio profesional que debido a la necesidad de lidiar con diferentes cuestiones de carácter internacional, como es el caso de los corresponsales en el exterior o los que están especializados en asuntos mundiales, exige un conocimiento de la geopolítica para el desempeño de su profesión. Si la labor del periodista es la mediación para comunicar de un modo comprensible lo que sucede en el mundo, la geopolítica resulta ser de vital importancia al ofrecer las herramientas de análisis y el conocimiento adecuado para entender el funcionamiento de las relaciones internacionales y las cambiantes relaciones de poder que se dan en este ámbito.


Los historiadores son, también, profesionales que generalmente manifiestan cierta sensibilidad por las cuestiones geopolíticas, aunque su atención es dirigida a acontecimientos del pasado y no tanto al estudio de la realidad presente. Esto lo vemos con especial claridad en los historiadores de relaciones internacionales, quienes han desarrollado una extensa bibliografía a la hora de abordar las transformaciones del escenario internacional. Por razones más que evidentes la geopolítica resulta ser un instrumento de análisis útil y recomendable para estos profesionales, ya que con ella establecen un nexo de unión entre los acontecimientos políticos, la historia y la influencia de los factores geopolíticos.


También tenemos que mencionar a los sociólogos. La sociología estudia los cambios que se producen en la sociedad, y esto incluye aquellos que afectan a su demografía. En lo que a esto respecta las cuestiones demográficas son de una importancia crucial en los análisis geopolíticos al constituir un factor de la geografía humana que influye de manera decisiva en el escenario geopolítico, y más concretamente en la organización del espacio. Así, los sociólogos, y más específicamente los demógrafos, abordan la constitución interna de la población desde el punto de vista de sus transformaciones, esto es, tasas de nacimiento y de defunción, grado de urbanización, densidad de la población, distribución geográfica de los habitantes de un país, la diversidad étnica, etc., que son todos ellos factores de gran relevancia para la geopolítica. Esto hace que, por un lado, los sociólogos tengan un interés manifiesto en el estudio de la geopolítica, y que incluso lleguen a enseñarla a través de sus investigaciones al ser estas de marcado carácter geopolítico. Y por otro lado nos encontramos con que la propia geopolítica se nutre de los estudios y análisis demográficos que desarrollan los sociólogos, pues las relaciones de poder que se manifiestan en la organización del espacio son ejercidas sobre grupos humanos, y el despliegue de las instituciones y de otros procesos de naturaleza política dependen en lo más sustancial de la geografía humana como factor condicionante.


Otros profesionales que cada vez prestan una creciente atención a la geopolítica es el de los juristas. Cada vez es mayor el número de profesionales de este ramo que estudian la geopolítica, o que al menos tratan de estar familiarizados con ella. Las razones son también bastante evidentes en la medida en que son sobre todo los profesionales del derecho internacional, tanto público como privado, los que más utilidad encuentran en la geopolítica al ser un instrumento válido para el estudio de la realidad internacional. Los problemas y conflictos jurisdiccionales, unido a todo un conjunto de circunstancias que encuentran en los factores del medio geográfico un factor condicionante a tener en cuenta, son las principales motivaciones que están detrás del interés por esta materia. Pero igualmente hay que sumar el nada desdeñable papel que desarrollan las organizaciones internacionales, lo que hace recomendable disponer de unos conocimientos geopolíticos mínimos para entender su funcionamiento y el modo en el que despliegan su acción.


Junto a los profesionales antes mencionados hay que añadir, también, a los economistas. El estudio de la economía mundial, pero sobre todo la distribución geográfica de los recursos y el estudio, desde una perspectiva geopolítica, de las economías de los países, constituye un ámbito de especial interés para muchos economistas. De hecho, debemos referirnos en este punto a los estudios de geoeconomía que diferentes especialistas han desarrollado, y que constituye una rama específica de la geopolítica. Así, la esfera internacional manifiesta múltiples intersecciones entre diferentes ámbitos, de entre las que destaca la que se produce entre geografía, política y economía. Las relaciones comerciales, financieras y económicas tienen, en definitiva, una base geográfica, lo que exige el conocimiento de la geopolítica al dilucidar el papel que las fuerzas económicas desempeñan en las relaciones de poder que se articulan en el plano internacional. Esto guarda relación, asimismo, con las diferentes organizaciones del espacio geográfico mundial en función de los diferentes flujos del comercio, de la formación de centros de poder económico y de la evolución de la propia economía a escala global. Inevitablemente la geopolítica resulta ser un instrumento de análisis fundamental para aquellos economistas interesados en especializarse o profundizar en la dimensión internacional de la economía.


Los diplomáticos son, también, un grupo profesional que, debido a su condición de funcionarios encargados de la representación exterior del Estado, manifiestan una gran sensibilidad hacia las cuestiones geopolíticas y que por ello no dudan en estudiarla. Es más, cabe señalar que los diplomáticos no sólo estudian la geopolítica sino que sobre todo la practican. Esto es debido fundamentalmente a que la geopolítica es antes que nada una práctica que está inserta en la diplomacia, debido a que la propia acción diplomática conlleva la constante organización y reorganización del espacio geográfico internacional. Esto se ve claramente a la hora de negociar el trazado de fronteras, el establecimiento de alianzas o coaliciones internacionales de diferente naturaleza, cuando son alcanzados acuerdos que vinculan a los Estados con la firma de tratados internacionales, etc. La geopolítica es en gran medida la cristalización en términos de conocimiento y teoría de muchas de las prácticas que son desarrolladas por los cuerpos diplomáticos de los Estados. Por este motivo estos funcionarios prestan una especial atención a este ámbito del saber en la medida en que les brinda instrumentos de análisis válidos para analizar la realidad internacional en la que se desenvuelven. En cualquier caso cabe decir que el hecho de que la actividad diplomática sea en sí misma geopolítica hace que la lógica de los diplomáticos, su forma de enfocar los problemas a los que se enfrentan diariamente, sea esencialmente geopolítica, y que por ello mismo una buena manera de estudiar y de aprender geopolítica sea a través del estudio de la diplomacia y más concretamente de la actividad que desarrollan los diplomáticos a la hora de tomar decisiones tanto en el plano estratégico como en el táctico.


Los agentes de inteligencia son otro grupo de profesionales que reciben formación geopolítica como parte de su entrenamiento, y que dadas sus actividades resulta conveniente que estén familiarizados con este ámbito de conocimiento. Nos referimos concretamente a los analistas de las agencias de inteligencia, quienes se encargan de recabar información de diferentes fuentes para elaborar análisis que producen la correspondiente inteligencia que es plasmada en informes remitidos a sus superiores. Si bien es cierto que la estructura de seguridad nacional varía de país a país, lo habitual es que exista al menos una agencia de inteligencia cuya actividad se desarrolla sobre todo en el exterior, mientras que la seguridad interior queda al cargo de otros organismos. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en el Reino Unido donde el MI5 se encarga del contraespionaje, mientras que el MI6 desempeña labores de inteligencia en otros países. En cualquier caso su función es la de detectar posibles amenazas para la seguridad del Estado, lo que inevitablemente hace necesario el conocimiento de la influencia de los factores geopolíticos en la aparición y desarrollo de dichas amenazas, así como a la hora de asesorar sobre las posibles medidas a tomar en un contexto cambiante y competitivo como es el internacional.


Por último, y no menos importante, nos encontramos con los militares como otro grupo que estudia la geopolítica, a veces de manera profusa. Esto es debido a razones de seguridad nacional, pero sobre todo porque la guerra constituye en sí misma una práctica geopolítica que afecta decisivamente a la organización del territorio del Estado para su defensa, pero igualmente para el despliegue de posibles acciones hostiles contra potenciales enemigos. Nada de esto debería sorprender en la medida en que, tal y como apuntó Yves Lacoste en su momento, la geografía es un arma para la guerra. De igual modo, la geopolítica constituye una expresión en el plano del conocimiento y de la teoría de un conjunto de prácticas dirigidas a preparar y hacer la guerra, lo que se refleja en su utilidad para adaptar el medio geográfico del Estado a sus necesidades tanto de defensa como de ataque en caso del estallido de una conflagración bélica. En este punto encontramos, asimismo, una conexión directa entre el mundo militar y una rama de la geopolítica que es la geoestrategia, pues esta última ha servido para formular y diseñar la doctrina militar del Estado y, sobre todo, para organizar su espacio interior conforme a las condiciones que ofrece la geografía para, así, garantizar la defensa exterior.


Pero del mismo modo que el ejército desempeña una función de defensa frente a los enemigos exteriores, en la medida en que es la columna vertebral sobre la que en última instancia se basa el poder del Estado, también se encarga de la defensa frente a los enemigos interiores del Estado cuando este no es capaz de mantener el orden por medio de sus fuerzas policiales. Por esta razón los mandos militares manifiestan interés en la geopolítica, pues es de utilidad para organizar el espacio del Estado para garantizar su seguridad frente a enemigos tanto internos como externos. Así, dadas las implicaciones estratégicas de las decisiones que son tomadas en este nivel, la geopolítica informa de la realidad física y humana en la que el Estado se desenvuelve, y plantea las principales directrices de seguridad con las que es ordenado el territorio en diferentes ámbitos: infraestructural, burocrático-administrativo, logístico, económico, etc. En este sentido, al igual que ocurre con la diplomacia, la guerra, y más específicamente la actividad militar, es por sí misma una práctica geopolítica, lo que hace que los mandos militares estén habituados a pensar y tomar decisiones en términos geopolíticos, y consecuentemente que de un modo u otro tengan presentes los condicionantes geográficos con los que tienen que lidiar.

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