La IA reemplazará los empleos y creará altos ingresos: Musk
Por: Marcelo Ramírez.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, estuvo presente en la Primera Cumbre de Seguridad de la inteligencia artificial del mundo que tuvo lugar los días 1 y 2 de noviembre. Allí estuvieron presentes representantes de 28 países, siendo la mayoría expertos en tecnología, para discutir el impacto y las amenazas potenciales de la IA en el mundo.
En ese encuentro estuvo presente Elon Musk, el polémico dueño de Tesla, Starlink, Neuralink y SpaceX, donde dejó algunas ideas en la entrevista que le hizo Sunak, que son de una enorme importancia y casi han pasado desapercibida por la prensa global.
Musk presentó su nueva plataforma de chatbot de IA, Grok, el primer lanzamiento de XAI, la nueva empresa creada por el multimillonario para desarrollar la inteligencia artificial.
Grok, es un algoritmo que busca posicionarse como competidor del producto de Open IA, ChatGPT. Proviene de la novela Stranger in a Strange Land del escritor Robert Heinlein y su significado es “asimilar”. Es criticado porque su prototipo Grok-0 fue entrenado con 33.000 millones de parámetros de información, la mitad de los 70.000 millones que usó Meta con LLaMA 2 y los 20.000 millones de GPT 3.5. Sus creadores insisten en que tiene capacidades de procesamiento similares a las de LLaMA 2, pero usando solo la mitad de sus recursos.
Esto le trajo ya ataques de sus competidores, acusando al producto de Musk de usar Twitter (hoy X) como fuente. Las críticas radican en el contenido «racista y anti-LGBTQ+» que abunda en X y que le dará un sesgo diferente a los de la cuidadosa Meta con la corrección política. No podríamos asegurar que sea una buena estrategia la de acusar de no respetar dicha corrección política que ha censurado innumerables contenidos en redes sociales. Más bien podríamos decir que es un argumento que favorecerá su inserción en el mercado.
Lo más interesante, no obstante, no son estos pormenores, sino las frases que dejó Musk en la entrevista. Una de sus ideas polémicas y llamativas, fiel a su estilo provocador, fue la de sostener que «puedes tener un trabajo si quieres», pero que «no se necesita ningún trabajo». “La IA reemplazará la necesidad de todos los empleos y creará altos ingresos universales” explicó, asegurando que la IA será 80 % buena y 20 % dañina.
«Es difícil decir cuándo será, pero llegará un momento en el que no se necesitará ningún trabajo» continuó, rematando con que «puedes tener un trabajo si quieres un trabajo o una satisfacción personal, pero la IA podrá hacerlo todo». Musk se anticipó a las críticas diciendo que «si eso hace que la gente se sienta cómoda o incómoda», no lo podía saber; sin embargo, que creía «que todos tendrán acceso a este genio mágico y podrán hacer cualquier pregunta». Coincidió en estas apreciaciones con el director ejecutivo de Open AI, Sam Altman, y Mark Zuckerberg, quienes concuerdan en este pronóstico.
“Por eso digo que si deseas un genio mágico que te conceda los deseos que deseas, no hay límite. No tienes esta tontería de los tres límites, simplemente tienes tantos deseos como quieras”. Musk añadió: «No tendremos una renta básica universal, tendremos una renta alta universal, porque todos tendrán acceso a este genio mágico».
Sunak no estuvo de acuerdo con Musk y dijo: «Soy alguien que cree que el trabajo te da significado». «El trabajo es algo bueno y da a las personas un propósito en sus vidas y, si eliminas una gran parte de eso, ¿qué significa y de dónde obtienes ese impulso, motivación o propósito?»
El sudafricano que vive en Estados Unidos siguió «Rara vez pedirás algo», describiendo un «futuro de abundancia» en bienes y servicios, junto con una gran mejoría en la educación, “será el mejor tutor”, dijo sobre la IA.
La idea de ingresos altos universales, en lugar de una renta básica universal, cambia lo hasta ahora planteado. Se opuso de esta manera a las pocas voces que se escuchan sobre un tema central en la conformación de un mundo futuro, que pensaban en una renta baja de subsistencia para quienes quedaban fuera del sistema. Musk no pronostica que la IA “robará” el empleo, sino que nos quitará los empleos cambiándolos por un ingreso alto universal, gracias al trabajo de la IA. Inclusive hasta planteó la seguridad ante un proceso fuera de control, con distintas opciones que van de un “interruptor de apagado” hasta una palabra clave, que permita poner a los humanoides en modo seguro.
Elon Musk sostiene que cree que estamos viendo aquí la fuerza más disruptiva de la historia, y que tendremos por primera vez algo más inteligente que el ser humano más inteligente y que a partir de ese punto no será necesario trabajar. Tal vez el mayor desafío será encontrarle sentido a la vida, lo que a mucha gente pone incómoda.
Las críticas se basan en explicar que las revoluciones tecnológicas pasadas alteraron los mercados laborales, pero también crearon nuevos empleos e industrias inimaginables en ese momento. En consecuencia, las fuerzas laborales se deben adaptar dinámicamente, como siempre lo han hecho, mediante la recapacitación y la mejora de las habilidades, acompañados de una estricta regulación.
Algo que parece poco probable, porque el problema no es que mejorará la producción y, por lo tanto, se necesitarán menos trabajadores para una misma tarea, sino que los reemplazará totalmente. Simplemente, no harán más falta.
Proyectos como los del Reino Unido, donde los laboristas quieren implementar un impuesto a los robots para evitar que se despida gente, parecen solo reflejar la falta de comprensión de lo que representa en realidad la IA.
Las corporaciones reemplazarán los trabajadores aun pagando indemnizaciones o esperarán que se jubilen y no los reemplazarán. La mayor eficiencia prevalecerá sobre cualquier otra consideración, es parte de la esencia humana.
Si el problema es que los seres humanos necesitan tener un propósito de vida, no es pensando este tipo de reglas que hacen recordar al ludismo. Se necesita aceptar el cambio y redireccionarlo en favor de los intereses sociales. El propósito, las razones de vida no pueden ser el trabajo, se deben buscar en las religiones hoy tan denostadas, las respuestas. Por algo, el ser humano, en cualquier tiempo y cultura, buscó explicaciones e ideas de trascendencia espiritual.
Estas ideas son extractos de pensamientos del siglo XX, no del actual. Las acusaciones de pérdida de empleos, la falta de privacidad de los datos, manipulación social y hasta los insólitos reclamos de ayuda a las armas biológicas y al fraude relacionado con la IA, son fácilmente objetables. No obedecen las mismas a la tecnología en sí, sino al uso político que se le otorga. La IA es una herramienta al servicio de decisiones humanas y como cualquier herramienta, puede ser usada para cuestiones beneficiosas o perjudiciales.
La única diferencia es la potencia, dado que la IA tiene la posibilidad de cambiar las relaciones humanas desde su raíz, que es la organización laboral, de donde proviene luego el resto.
Mustafá Suleyman es un investigador y empresario británico de inteligencia artificial, cofundador y exdirector de IA aplicada en DeepMind, adquirida por Google y ahora propiedad de Alphabet. Su empresa actual es Inflection AI. Suleyman expresó que “es importante recordar que la IA es una herramienta creada y guiada por humanos, y su impacto en el mercado laboral dependerá de cómo decidamos utilizarla”.
Independientemente de la justicia y los deseos, lo cierto es que el cambio ya está entre nosotros y es masivo. Así como a Internet en sus comienzos cuando se abrió al público, para las mayorías no era mucho más que un entretenimiento, luego de su masificación hemos visto todo su potencial, hoy es impensable la vida sin acceso a la red, nuestra vida no fluiría sin Internet.
La IA plantea características similares en cuando a la relativa indiferencia y el desconocimiento de potencialidades, pero con una proyección infinitamente mayor. El cambio es de tal profundidad que no se detendrá por el deseo de un grupo y traerá como consecuencia una reorganización mundial.
Los procesos ligados a la IA son auxiliares, pero cada día ganan más espacios, ocupando nuestros trabajos, sustituyendo al ser humano en sus funciones. Esto no es malo en sí porque puede abrir oportunidades para expandir la riqueza espiritual humana y elevar su pensamiento, o sumirnos en un mundo oscuro y desesperanzado.
Las élites globales saben de este potencial desenlace y han diseñado políticas que le permiten incidir decisivamente en la nueva organización global de acuerdo a sus intereses. La idea de implantar estas políticas woke que muchas veces hemos mencionado tienen una razón muy específica. Preparar el mundo para lo que se viene con el desembarco de tecnologías que van a cambiar las relaciones sociales internas dentro de los Estados. El modelo que buscan es el de un gobierno corporativo donde los Estados pierdan su peso como tales o desaparezcan.
Esto lo necesitan porque la tecnología va a reemplazar las labores humanas, según explica Musk. Esto tendrá dos efectos, por un lado, van a destruir el capitalismo como lo conocemos. El mismo se basa en la explotación del trabajo humano y su apropiación por parte de los capitalistas. Sin trabajadores es imposible mantener este sistema y la tecnología conduce a que no haya trabajadores.
Forzosamente, vamos a ir hacia uno de los dos modelos posibles, uno es el que describe Elon Musk, un mundo de superabundancia con bienes y servicios a costo cero. Esto sucede porque el valor de estos está dado por el trabajo humano incorporado, si ese trabajo lo hace la IA, su valor bajará acercándose a cero. Todo lo necesario se encontrará a disposición de todos aquellos que lo necesiten. El otro modelo probable es el que una pequeña minoría siga controlando los medios de producción, no necesite a miles de millones de trabajadores y, por lo tanto, los elimine a través de diferentes políticas. Este es el modelo de las élites, y sus ideas woke coinciden en destruir la demografía en todos lados, con solo ver el desplome de la natalidad, podemos comprender lo que sucede.
Suena muy conspirativo, sin embargo, es el resultado más lógico de lo que vemos en marcha. Debemos recordar que el dinero no es el fin último de estas élites. Ellas simplemente cuentan con todos los recursos económicos y financieros imaginables y más aún: su fin es el poder. Todo mega millonario tiene todo a su alcance y su motivación última difiere del resto de los mortales.
Ser poderoso significa tener una diferencia creciente con la gente que no lo es. Si la era de superabundancia que predice Musk para dentro de un par de décadas se produce, las élites perderán el control que hoy tienen. Los pueblos que alcancen ese altísimo nivel de vida tendrán cada vez más autonomía en sus decisiones, no dependerán ni de un sueldo ni de una prebenda que le otorguen las élites.
Al menos, la gran mayoría actuará de esa manera, con la vida resuelta por ser un ciudadano, con el acceso a un alto estándar de vida, no habrá muchas razones para someterse a los poderosos, habrá inclusive menos candidatos a ser sobornables. Por supuesto que esto es especulativo, pero no deja de ser una decantación lógica de una nueva situación. Las élites verán licuado su poder y eso no es algo que les agrade. Su modelo, entonces, es el de readecuación a las nuevas condiciones tecnológicas, eliminando el excedente potencialmente conflictivo.
Precisamos no pensar como seres humanos comunes y corrientes, sino efectuarlo como hacen los grandes poderes. Nuestra vida, nuestra existencia, es comparable a la del ganado. Un terrateniente mantiene la producción de vacas porque le dan ganancias, si estas vacas pasan a consumir y pierden su valor de mercado por alguna razón, se transformarán en un problema.
En este punto podemos comprender su pensamiento: el ganado será sacrificado porque representa una erogación sin fin útil, o al menos, las vacas y toros serán castrados para que no se reproduzcan y controlar su crecimiento.
Es probable inclusive una combinación de ambos casos, si el rebaño es muy grande, se eliminará la mayoría, se castrarán las que queden, que se utilizarán para mantener las características habituales del campo poblado con vacas, mientras que se preservarán algunos pocos ejemplares para su reproducción, conservando variedad genética para mejorar los ejemplares.
No somos muy distintos al ganado para las élites. Debemos organizarnos mientras estemos a tiempo.
Comments