EE.UU., China y una nueva carrera por el desarrollo de la fusión nuclear
La técnica de la fisión nuclear, que implica dividir un átomo en átomos más livianos, ha sido controlada desde hace décadas.
Sin embargo, la gran ambición de los científicos siempre ha sido controlar la fusión nuclear, un proceso que se puede observar naturalmente en el Sol y que implica la unión de dos átomos.
Dicha técnica se puede replicar en la Tierra con calor y presión usando láseres o imanes para fusionar dos átomos ligeros en uno más denso, liberando grandes cantidades de energía.
El año pasado cobró impulso cuando los científicos del Laboratorio Lawrence Livermore, en California, utilizaron láseres para repetir un avance de la fusión.
A diferencia de las plantas que funcionan con fisión, las plantas de fusión comerciales, si alguna vez se construyen, no producirían desechos radiactivos duraderos.
Pero el gran problema de la actualidad es que, para que esta técnica pueda implementarse, se necesitan increíbles cantidades de energía.
Por otra parte, Andrew Holland, director ejecutivo de la Fusion Industry Association (FIA), explicó que se teme que la fusión siga el patrón de la industria solar, cuya tecnología se inventó principalmente en los EE. UU., pero la fabricación llegó a estar dominada por China.
"Está muy claro que China tiene ambiciones de hacer el mismo tipo de cosas, tanto en la cadena de suministro como en los desarrolladores. Es hora de que Estados Unidos responda a ese desafío", agregó, citado por Reuters.
Las empresas privadas de todo el mundo han recaudado más de US$ 6.000 millones hasta 2022, aunque el informe no contó el dinero privado destinado a la fusión en China, que es más difícil de rastrear.
No obstante, se necesita mucha más financiación para llevar la fusión de los experimentos de laboratorio a las empresas comerciales.
"No hay manera de que podamos llegar a donde necesitamos a menos que haya financiación procedente del lado del gobierno y del sector privado", explicó David Turk, subsecretario de Energía de Estados Unidos.
Se espera que la tercera conferencia anual de la FIA atraiga a unos 350 asistentes de países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Japón, más que los aproximadamente 100 asistentes de años anteriores. EL ECONOMISTA
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