top of page

La pandemia que le dará un lugar en la historia a Iván Duque

  • Foto del escritor: Redacción Acta diurna
    Redacción Acta diurna
  • 3 ago 2020
  • 6 Min. de lectura

La administración del presidente Iván Duque Márquez está a pocos días llegar a la mitad de su periodo, y lo hace en medio de una coyuntura mundial crítica por la pandemia de la COVID-19. Para muchos, el virus ha sacado el verdadero carácter político del jefe de Estado, lo que puede ser negativo para algunos, pero positivo para otros. Sin embargo, de lo que a nadie le queda duda es de que la forma como ha venido haciendo frente a la situación servirá para hacer una futura evaluación de su gestión.


La llegada del virus al país puso los ojos en el mandatario, que venía con bajos niveles en su imagen positiva. Creó un programa de una hora diaria con el objetivo de mantener al país informado de las medidas que se toman y del avance de la pandemia, no obstante, desde la oposición ya se viene hablando de la exposición excesiva del presidente y se está pidiendo regulación del espacio, propuesta que no ha prosperado, hasta el momento, debido a que para muchos sectores se considera fundamental conocer de primera mano las decisiones frente a la COVID-19.



Y es que la COVID-19 ha hecho que tanto la agenda del país como la del presidente mismo se vuelquen hacia la forma de minimizar su impacto en la ciudadanía. Sin duda, la pandemia ha sido y será uno de los grandes hitos que marcarán la administración del presidente Iván Duque, no solo ahora sino en lo que le resta del periodo.


El analista político Pedro Viveros, indica que el virus ha permitido que los colombianos conozcan el verdadero liderazgo de Iván Duque como presidente, desligado del senador y expresidente Álvaro Uribe. Argumenta que desde que ganó las elecciones y hasta la pandemia, cualquier acción que realizaba como jefe de Estado era relacionada con el líder natural de su partido, el Centro Democrático.


Según Viveros, el programa diario que dirige Iván Duque le ha ayudado a desmarcarse de esa asociación que realizaba la ciudadanía ante cualquier escenario político que enfrentaba. En este espacio televisivo se ha podido conocer más el carácter del mandatario, que le había costado mucho mostrar antes de la pandemia, por la misma dinámica política y polarizada en la que venía el país.


Las grandes críticas hacia Duque antes de la pandemia estaban ligadas, en su mayoría, a la falta de Gobernabilidad para llevar una relación fluida con el Congreso, así como la carencia de una bandera de Gobierno que le permitiera marcar un hito en su administración, aunque el mandatario nunca sacó de su agenda la importancia de que Nicolás Maduro salga del poder, exigir cumplimiento de los acuerdos de paz a las FARC y buscar modificación de algunos puntos, la reactivación económica, la lucha contra el narcotráfico y la economía naranja.


El analista agrega que la pandemia también le dio la oportunidad al mandatario de poner en práctica su experiencia y preparación, asociada al multilateralismo y un poco menos a la política nacional. De hecho, la falta de un recorrido más robusto como servidor público siempre le fue criticada al mandatario desde antes de ser elegido en las urnas.



“La pandemia es un problema mundial y requiere soluciones multilaterales. Iván Duque lo que hizo toda su vida fue trabajar en el Banco Interamericano de Desarrollo, que es un organismo multilateral. Para él es más fácil manejar una crisis teniendo que coger el teléfono y llamar a las personas que había conocido de Europa y Asia para que lo ayudaran a traer ventiladores a Colombia y para poder vender bonos para que la economía no se cayera. El escenario perfecto para un tipo que se había formado más en el multilateralismo que en la política del uno a uno en Colombia”, dice Viveros.


De esta manera, el analista destaca que el virus logró reconducir la agenda de Gobierno Duque, lo que a su juicio no significa que sea bueno o malo, pero que le ayudó a encontrar una ruta que aún no termina, debido a que la pandemia se ha extendido más de lo que todo el mundo esperaba y va a dejar enormes consecuencias para los diferentes sectores. El infortunio permitió que lograra encontrar una agenda en el Gobierno”, añade.


Sin embargo, el experto señala que si bien el mandatario pudo sortear con su experiencia multilateral la primera fase de la coyuntura, que consistía en tratar de paliar la crisis sanitaria derivada del virus, lo que se viene en adelante será un completo desafío en distintos sectores, lo que a su juicio puede significar que pase de ser un buen gestor de la crisis para algunos a ser lo contrario.


El reto más cercano que tiene el mandatario es lograr que Colombia tenga acceso a una o varias vacunas contra la COVID-19, para lo cual ya anunció que conformó un comité de expertos y que adelanta gestiones con distintas farmacéuticas, pero al mismo tiempo la economía no da tregua y la cifras del desempleo siguen decayendo. Su equipo ha anunciado que viene trabajando en un paquete de reactivación.


El analista político Héctor Riveros agrega a lo dicho por Viveros que al presidente aún le queda un largo camino que enfrentar en relación a la COVID-19 y que pese a que el mandatario subió la favorabilidad al inicio de la coyuntura, su imagen ha venido bajando, aunque no a los mismos niveles de antes de la pandemia.


“El presidente está en una dificultad sobre su estrategia, porque la pandemia se alargó más de lo previsto y ha tenido una dinámica creciente. Hace un par de meses todavía creíamos que Colombia iba a tener unos niveles relativamente bajos de contagio y eso no pasó, desgraciadamente, entonces ahí tenemos un problema y el presidente no puede cobrar como victoria que Colombia sea uno de los países con bajo contagio”, añade Riveros.



En este sentido, el experto dice que en pocos meses, cuando la pandemia no sea el tema principal de la ciudadanía sino el desempleo, seguramente, el presidente va a perder más favorabilidad, pero también perderá una de sus banderas: el crecimiento económico, debido a que las cifras se vienen en negativo para el país. “Eso que en principio parecía una oportunidad, en realidad era un boomerang”, apunta.


“El escenario para el Gobierno es malo en todos los sentidos porque, desgraciadamente, todo indica que la pandemia va a ser más larga de lo que se esperaba. Nadie vislumbra que de aquí a diciembre no tengamos una situación de contagio y la dinámica en América Latina nos ha demostrado que el descenso de casos es muy lento”, destaca Riveros.


El exministro y exsenador Juan Fernando Cristo afirma que, hasta ahora, el balance para el Gobierno y para el país más allá de la actual coyuntura de la pandemia es bastante negativo. El Gobierno no tiene un rumbo, no tiene un gran propósito para el país, porque cada dos o tres meses, hasta que llegó la pandemia, va cambiando su foco, arrancó con la economía naranja, después se viene contra el acuerdo de paz y la JEP. Es un discurso flojo, sin mayores contenidos y no hay un liderazgo desde la Presidencia de la República que oriente a Colombia hacia algún gran propósito como país, como sí sucedió durante los ocho años del gobierno de Álvaro Uribe, independientemente de que estuviéramos o no de acuerdo con el tema de la seguridad, y también durante los ocho años del presidente Juan Manuel Santos frente al tema de paz.


Claudia Dangón, experta en política, indica que pese a las críticas contra la gestión del mandatario, sí cree que el Gobierno tenía unas banderas claras: la recuperación de la legalidad, la extensión del Estado de Derecho y la recuperación institucional. Sin embargo, dice que la pandemia puso a la administración a luchar contra sus efectos negativos en la salud, la economía y otros aspectos sociales.


Según la analista, hay una bandera que no ha perdido el presidente en medio de la pandemia y que, por el contrario, ha reforzado: la defensa de la institucionalidad. Dice que esto le ha permitido tener un buen manejo de la pandemia, haciendo uso de los recursos que le otorga la Constitución para estos casos, sin extralimitarse en sus funciones.


“A pesar de las circunstancias, todas las instituciones han podido funcionar. El Congreso no se ha cerrado, la justicia mal que bien sigue funcionando, no ha habido medidas en contra de las libertades y se ha podido seguir teniendo el esquema Gobierno – oposición. Va a ser recordado como el presidente que le tocó enfrentar la COVID-19, pero más allá de eso, que lo hizo a través de los mecanismos que tiene el país”, asegura Dangón.


Para Dangón, es probable que la pandemia siga haciendo parte de la agenda del presidente por un largo tiempo y, posiblemente, la pospandemia, porque el país deberá enfrentar enormes desafíos en temas tan álgidos como la economía, ya que su recuperación no será fácil. Sin embargo, indica que los dos años que le quedan serán marcados por la relación que lleve con el Congreso y con las figuras que surjan para aspirar a la Presidencia en 2022.



La analista agrega que la relación entre el Legislativo y el presidente puede mejorar en los años que le quedan a la administración Duque, debido a la coyuntura de la COVID-19, que tendrá al país concentrado en las posibilidades de sacar adelante la economía y otros aspectos sociales afectados por la pandemia.


“El Gobierno y el presidente no tienen vocación histórica, aún sin pandemia ¿Con qué era que iba a pasar a la historia Duque antes de la pandemia? ¿Qué era lo que íbamos a recordar de su Gobierno en 30 años?”, apunta Héctor Riveros. COLPRENSA


Comments


© 2017 Acta Diurna  - Línea de atención: (57) 318 3872489 - Calle 45 No 43-30 L. 115 - Barranquilla, Colombia
Contáctenos Aquí
bottom of page