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Acuerdo histórico permitirá que Chile tenga nueva Constitución

  • Foto del escritor: Redacción Acta diurna
    Redacción Acta diurna
  • 16 nov 2019
  • 6 Min. de lectura


El Congreso chileno alcanzó un acuerdo histórico la madrugada de este viernes para convocar en abril de 2020 a un plebiscito para reemplazar la Constitución vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un paso recibido con euforia por el mercado tras casi un mes de estallido social.


"El acuerdo por una #NuevaConstitución es histórico y una muy buena noticia (...) Hoy fue definitivamente desahuciada la Constitución de Pinochet. Hay trabajo por delante", dijo Jaime Bassa, profesor de Derecho en la Universidad de Valparaiso.



Entre las primeras reacciones de optimismo destacó la Bolsa de Santiago, que empezó la jornada disparándose más de 6%, mientras el dólar registraba una caída abrupta luego de tocar máximos históricos y superar los 800 pesos por dólar desde el martes, cuando hubo un recrudecimiento de la violencia.


En casi 30 años de democracia, nunca prosperó ninguna iniciativa para cambiar de raíz la Constitución, principalmente por la oposición de la derecha en el Congreso.


En medio de un clima esperanzador, reina cierta incertidumbre ante una nueva convocatoria en redes sociales para otra gran marcha el viernes en la tarde en Plaza Italia, el punto clave de las concentraciones masivas que desde el 18 de octubre han puesto en jaque la estabilidad política y económica de este país de 17,5 millones de habitantes.


Ricardo Belmar, administrador de una ferretería de 54 años, dijo que iría a la marcha del viernes, pero en tono de festejo por un logro: "Es un día histórico. No teníamos una Constitución hecha por el pueblo. Era una Constitución hecha entre paredes", dijo haciéndose eco de un reclamo clave en las protestas.


El presidente del Senado, Jaime Quintana, miembro del opositor Partido por la Democracia (centroizquierda), flanqueado por los dirigentes de las principales formaciones políticas del país, anunció de madrugada que el llamado a un plebiscito para cambiar la Constitución era "una respuesta de la política con mayúscula que piensa en Chile y que también se hace cargo y asume su responsabilidad", afirmó.


El Partido Comunista fue la única agrupación que se restó de este acuerdo y después de horas de intensas negociaciones, los principales partidos de la oposición y la coalición del gobierno del derechista Sebastián Piñera firmaron un "Acuerdo por la paz y la nueva Constitución", en el que se comprometieron a aprobar un llamado a plebiscito.



Lo que viene


La consulta de abril de 2020 incluirá dos preguntas: si se quiere o no una nueva Constitución y qué tipo de órgano debería redactar esa nueva Constitución: una "comisión mixta constitucional", una "convención constitucional" o una Asamblea constituyente, explicó Quintana.


La convención mixta constitucional, impulsada por los partidos de la coalición de gobierno derechista, será integrada en partes iguales por miembros elegidos para este efecto y parlamentarios en ejercicio, mientras que en la "convención constitucional", promovida por los partidos de la oposición, todos sus integrantes serán elegidos específicamente para esta ocasión.


Si el proyecto es aprobado en plebiscito, la elección de los miembros de una u otra instancia se realizará en octubre de 2020, coincidiendo con las elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal y se hará con voto voluntario. Pero la ratificación de la nueva Constitución será con sufragio universal y voto obligatorio.

"Nosotros estamos contentos de haber podido contribuir a aprobar un acuerdo que derrote la violencia", afirmó Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), el principal partido de la coalición de partidos del gobierno de Sebastián Piñera.


"La gente fue capaz de mover las barreras de la política, de mover las barreras de lo posible. Sí podemos soñar con una Asamblea constituyente", dijo Catalina Pérez, presidenta de Revolución Democrática (izquierda radical).


Del metro a la Constitución


El acuerdo se alcanzó tras casi un mes de protestas para reclamar profundas reformas sociales al gobierno, que estuvieron acompañadas de episodios violentos que dejaron 22 muertos y miles de heridos y detenidos en multitudinarias manifestaciones callejeras, saqueos, incendios y enfrentamientos con la policía.


En momentos en que el país ardía, Piñera apostó por un "acuerdo por la paz" en vez de volver a sacar a los militares a las calles, como hizo en los primeros nueve días de la crisis social, iniciada por un llamado a evadir el pago del pasaje del metro de Santiago en rechazo a un alza en las tarifas y que luego generó la mayor revuelta en tres décadas.



"Este acuerdo es un primer paso, pero es un primer paso histórico y fundamental para empezar a construir nuestro nuevo pacto social, y en ello la ciudadanía va a tener un rol protagónico", dijo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.


"Lo que partió con la evasión del metro, terminó con el inicio de un proceso constituyente, histórico e inédito que contará por primera vez con participación ciudadana. Gracias secundarios que tan mal te han tratado", escribió en Twitter, la periodista Lucía López.





Cronología del estallido social en Chile

Luego de 29 días de disturbios, protestas multitudinarias, saqueos e incendios, el Congreso de Chile alcanzó un acuerdo histórico para convocar a un plebiscito destinado a redactar una nueva Constitución que sustituya la vigente desde la dictadura Augusto Pinochet (1973-1990).


A continuación, una cronología del estallido social que comenzó a mediados de octubre:


Choques violentos


El viernes 18 de octubre el caos estalla en Santiago con enfrentamientos, incendios y ataques al metro, en rechazo el alza de tarifas que pasó de 800 a 830 pesos (tras otro aumento de 20 pesos en enero), que obligaron a cerrar todas las estaciones del subterráneo.

El edificio de la compañía eléctrica ENEL y una sucursal del Banco Chile, ambos en el centro, y varias estaciones del metro son incendiadas.


Por la noche, el presidente Sebastián Piñera (conservador) decreta el estado de emergencia en Santiago y confía a un militar, el general Javier Iturriaga, la responsabilidad de garantizar la seguridad pública.


Toque de queda


El 19, las protestas siguen en Santiago y ciudades como Valparaíso y Viña del Mar. Por primera vez desde el fin de la dictadura de Pinochet se despliegan miles de militares en las calles y se decreta toque de queda.



Decenas de manifestantes incendian el edificio de El Mercurio del puerto de Valparaíso, el diario en circulación más antiguo de Chile.


Chile "en guerra"


El 20, Piñera afirma que Chile está "en guerra contra un enemigo poderoso", y llama a la unidad y a condenar "la violencia y delincuencia".


Se extiende el estado de emergencia a nueve de las 16 regiones del país.


"Los militares afuera"

El 21, las manifestaciones se reanudan al grito de "militares afuera".


Suspensión de clases en casi todas las escuelas y universidades de la capital. El transporte público sigue muy perturbado. Se forman largas colas en las estaciones de servicio y supermercados.


Medidas sociales sin efecto


El 22, a pesar de un pedido de "perdón" del presidente y del anuncio de un paquete de medidas -alza de las pensiones más bajas, congelamiento de tarifas de electricidad-, persiste el descontento. Los principales sindicatos y movimientos sociales del país llaman a la huelga general.


La marcha del millón

El 25, se reúnen en Santiago 1,2 millones de personas para una movilización histórica, la de mayor convocatoria en los últimos 30 años.


El 27, Piñera anuncia el levantamiento del estado de emergencia que regía hacía ocho días y saca a los militares de las calles.



La cifra de muertes alcanza a 20 personas, cinco de ellas por disparos de las fuerzas del orden. Una misión de la ONU investiga las denuncias de violaciones a los derechos humanos durante la ola de violencia.


El 28, el presidente cambia a ocho de sus 24 ministros, incluido a su jefe de gabinete Andrés Chadwick.


Cancelación de APEC y COP-25


El 30 de octubre, en medio de las protestas, Piñera cancela la organización del encuentro de líderes del foro económico APEC y la cumbre mundial del clima de Naciones Unidas COP-25, dos citas que tendrían a Chile en la vitrina del mundo.


Piñera descarta renunciar

Esta imagen de archivo, tomada el 26 de octubre de 2019, muestra al presidente de Chile, Sebastián Piñera, durante un discurse en Santiago, Chile

El 6 de noviembre, en una entrevista con la BBC, Piñera afirma que gobernará hasta el último día y descarta renunciar.


Ese mismo día, las protestas llegan hasta barrios de Providencia y Vitacura, en el este de Santiago, corazón financiero del país.


El 7, Piñera endurece el tono y anuncia una serie de proyectos para incrementar las medidas de control del orden público.


El 9, el mandatario por primera vez se abre a reformar la Constitución.

Vuelve la violencia extrema

El 12 de noviembre, junto a un llamado a huelga general, vuelven a estallar violentos enfrentamientos, saqueos e incendios. Una iglesia patrimonial del centro de Santiago es atacada y se suman dos nuevas víctimas, que elevan el total de muertos a 22. En un esperado mensaje, Piñera propone un acuerdo por la paz y se abstiene de volver a sacar a los militares a la calle.



Al día siguiente, el Banco Central anuncia una inyección de 4.000 millones de dólares para impulsar al peso, que alcanza su mínimo valor histórico, al rozar las 800 unidades por dólar.


Histórico llamado a plebiscito


El Congreso logra un acuerdo respaldado por todos los grupos políticos, tanto de izquierda como de derecha, a excepción del Partido Comunista, y anuncia una convocatoria a un plebiscito en abril de 2020 que consulte sobre una nueva Constitución que reemplace a la vigente desde la dictadura de Pinochet. AFP

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