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Ni izquierda, ni derecha



Cuando el aguijón de la política electoral nacional empezó a mover mis instintos cívicos y sociales, que fueron unos años después, donde ya sobre mi conciencia, lo había hecho el aguijón del Evangelio. Más adelante, siguiendo como entusiasta voluntario ciudadano independiente, mi activismo empezó a aparecer en los ajetreos en la primera campaña presidencial del entonces precandidato, Sergio Fajardo.


Y como testimonio, en esos archivos electorales, si aún existen, debe aparecer inscrito mi nombre y apellido; para entonces, en una de las sucursales con sede regional en Barranquilla, del movimiento político: Compromiso Ciudadano por Colombia.



Recuerdo, que después del cierre de la campaña, me mandaron de la sede principal, un correo electrónico, a manera de reconocimiento por las firmas recolectadas por este proselitista voluntario costeño.


Luego de ese tiempo, pasé a la efervescencia de la, "ola verde", en la campaña del entonces candidato presidencial, Antanas Mockus; de ahí, he conservado el apoyo a las candidaturas académicas electorales. Sin puestos. Ni contratos.


Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí: 2 Corintios 12:6.


L@s jóvenes deben tomarse la política, para que esta generación demuestre que no es violenta, que no le teme a la responsabilidad de representar a la Colombia marginada y excluida: @JuanManuelGalán.


Cierto es también, que para Congreso de la República, el anhelo de la inmensa mayoría es reducir la célula corporal legislativa, y, a renglón seguido, renovación de apellidos, partidos políticos, y caras jóvenes nuevas en la próxima contienda electoral.


No menos cierto también, que para las próximas presidenciales, aunque me haga más impopular, debo manifestar que no es conveniente que se le siga rindiendo culto a la personalidad ideológica de ningún candidato, o por recomendación, como únicos medios "seguros" para elegir presidente.


Porque, es bien sabido que líderes sobresalientes, por el agobio social, buscarán afanosamente en democracia, restarle poder mayoritario legislativo al bando actual, para pasarlo al otro bando, y luego, ganar el mandato presidencial.


No ignoren, también, que el solo cambio ideológico de apellidos y blanqueados partidos políticos, no es suficiente. Porque los que hoy son gobiernos, mañana serán oposición, y les cobrarán con la misma moneda sectaria.


Y así condenamente, seguirá el país dividido y sangrando por la herida del odio y el rencor del poder perdido. Pero los que hoy sufren con hambre por no tener empleo, serán los mismos mañana, salvo que solo cambiará la culpa.


Dicho de otra manera, no es posible una feliz prosperidad económica familiar sostenible, estando: padre, madre, e hijos, agrediéndose e insultándose diaria y mutuamente.


En singular: Mi "prosélito afán" es que mi nombre siga inscrito en las páginas espirituales del Evangelio, y NO, banal, y orgullosamente en un partido político. Porque la División Política hace carrera en la ciudadanía, así en los adultos, como en los jóvenes, que hoy protestan arriesgando un ojo de la cara, porque NO ven un mejor mañana en progreso.



En plural y en ejercicio de la democracia, anhelo que pasemos de esta representación de la muerte, a la vida política social conciliada. Ya que, el aguijón divisorio dominante, termina reinando en los hogares, en empresas, y en gobiernos, que NO son facilitadores del empleo y el progreso pluralista. Y así anda este país, dividido, arruinado, y peligroso para vivir. ¡Hasta ahora!


Y si alguna casa fuere dividida contra sí misma, no puede permanecer la tal casa. Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. Marcos 3:25-26.

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