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Modelo matemático localizaría el foco de las crisis epilépticas



Un algoritmo que analiza la actividad cerebral para localizar las áreas en las que se originan y propagan las crisis epilépticas, permitiría optimizar la cirugía y evitar consecuencias negativas en los pacientes.


El autor de este estudio, Eduardo Giraldo, doctor en Ingeniería - Ingeniería Automática de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, explica que la estereoelectroencefalografía (SEEG) –técnica que se emplea en casos muy complejos de epilepsia– permite registrar la actividad eléctrica de la zona donde se produce la crisis, gracias a unos microelectrodos que se implantan en el cerebro.



“En esta investigación, el algoritmo matemático permite traducir a datos numéricos los registros que se obtienen con la SEEG. Así se obtiene una imagen que se superpone a la de la resonancia magnética del paciente y se localiza el foco epiléptico”, explica el doctor Giraldo.


Hasta ahora los médicos determinaban dicho foco a partir de la interpretación subjetiva de los patrones visuales de los registros y su experiencia.


“Gracias a esta investigación se ha desarrollado un sistema automatizado y objetivo que evita las interpretaciones subjetivas de los registros. Desde hace décadas, los resultados del tratamiento quirúrgico de la epilepsia fracasan en cierto número de pacientes debido a la complejidad de las conexiones neuronales y las limitaciones de las técnicas quirúrgicas”, detalló el investigador.


Agrega que “el beneficio más inmediato de esta nueva técnica es que la localización objetiva del foco epiléptico permite optimizar las estrategias quirúrgicas; delimitar mejor el área de resección le ayudará al cirujano y reducirá la posibilidad de errores, lo que evitará crisis en el paciente. Actualmente, esto se logra en un 60 – 70 % (según el tipo de epilepsia) de los pacientes intervenidos”.


El Grupo de Control en Procesamiento Digital de Señales de la UNAL Sede Manizales trabaja en nuevos algoritmos para analizar qué sucede en el periodo preictal, es decir antes de una crisis, y así determinar los riesgos antes de que se produzca. “Si esto se logra, podríamos aplicar una descarga eléctrica a pacientes con electrodos implantados para modular la actividad de las neuronas que provocarán la crisis y prevenirla”, añadió el investigador.



Según la Organización Mundial de la Salud, la epilepsia afecta al 1 % de la población mundial y el carácter “imprevisible” de los ataques obliga a estos pacientes a medicarse de forma continuada y en altas dosis, lo que en muchos casos les provoca graves efectos secundarios. Además se estima que esta medicación continuada no es efectiva entre el 20 y 40 % de los casos.

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