Contratemos a Sherlock Holmes

Necesitamos contratar urgentemente a Sherlock Holmes el investigador privado creado por Sir Artur Conan, para que hurgue, escudriñe, sondee, escrute, desentrañe, desenrede, deshilache, clarifique, desclasifique, ilumine, devele y resuelva con su riguroso metodo de razonamiento deductivo la muerte de Álvaro Gómez Hurtado.

Tranquilicense, Serlock no es familiar del ministro de la defensa Carlos Holmes Trujillo.

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¡Por favor señores del gobierno nacional, contratenlo!.. Estoy seguro que en un abrir y cerrar de ojos Sherlock resuelve el crimen.

¡Contratenlo!... También estoy convencido que Scotland Yard le da permiso para que venga a Colombia y el contrato sería ´ad honorem´ porque Sherlock es tan generoso que no cobra ni un peso y en cambio le paga de su pecunio al Dr. Watson, su ayudante.

Contratenlo, porque en este país de inocencia infantil, pueril, nadie sabe nada, ni conoce la maldad. En esta nación los homicidas son ángeles, los corruptos son honestos y los mentirosos son honorables. Aquí todos son inocentes y por lo tanto intocables. Aquí podremos matarnos unos a los otros, pero está prohibido tocar a la inocencia.

Veinticinco años han pasado desde el asesinato de Gomez Hurtado y nadie sabía nada, ni en las más altas esferas del Estado y su gobierno...¡Que inocencia hermosa!...¡Ah cuchi cuchi cuchi, quién es el bebe de la mamá!

Sin embargo, ahora que el partido de las FARC sale a reconocer la autoría del homicidio, entonces, muy pocos, dentro del Gobierno Nacional, el Congreso, los partidos políticos e incluso dentro de la misma familia del finado, creen en su culpabilidad. Repito, en este país de inocentes es casi que imposible reconocer y autoreconocer la culpabilidad, propia o de otros.

Bueno, no éramos tan inocentes, porque cuando las FARC estaban en la clandestinidad creíamos que ellas no eran inocentes. Las culpabamos de todo: de la inflación, del desempleo, de los atentados dinamiteros contra los oleductos y hasta del fenómeno del Niño ¿Entonces qué pasó?

Ahora, que el senador del partido de las FARC, Carlos Lozada, asegura que: "La orden la dio el secretariado y la recibió de Jorge Briceño (El Mono Jojoy), que era el comandante a quien él le atendía órdenes y, que además, la ejecutó un comando de cuatro personas de la Red Urbana Antonio Nariño", entonces muy pocos le creen. Esto se está pareciendo al juego de los tres vasos y la bolita. ¿Dónde está la bolita?

Hace muchísimo tiempo Colombia está absorbida por el idealismo subjetivo o inmaterialismo del obispo George Berkeley (1.685-1.753) cuyas tesis se basan en las percepciones, es decir, que la materia no puede conocerse de manera real porque todo es producto o ideas de la mente.

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Contratemos a Sherlock, eso sí démosle todas las garantías de seguridad. Quitémosle la logística de seguridad a Uribe, él no la necesita ahora que está descansando en su finquita El Ubérrimo y asignémosela a Sherlock, no vaya a ser que Sir Artur Conan Doyle le dé por resucitar al percibir que su creación ha desaparecido.

Mientras llega Sherlock, pregunto: ¿Qué o cuales beneficios obtienen las FARC y el senador Lozada al atribuirse este homicidio?