El lado oscuro de las redes
- Por: Víctor Herrera M.
- 25 sept 2020
- 3 Min. de lectura

“El dilema de las Redes Sociales” es el título en español de un documental que acaba de lanzar la famosa empresa del entretenimiento Netflix y que hace un llamado de alerta al mundo planteando la problemática actual de las redes sociales y destapando lo que en realidad se han venido convirtiendo.
La película de algo más de 90 minutos, aborda descarnadamente los tres temas fundamentales de las redes hoy: El modelo de negocio en que se basan, el poder que ejercen y la adicción que generan sobre todo entre los jóvenes.
Comúnmente las personas ven a Google, por ejemplo, como un buscador de información o a Facebook como una manera de comunicar, ver las fotos y los acontecimientos de amigos y familiares. Sin embargo, en realidad lo que estas grandes multinacionales (las más ricas en la historia de la humanidad) hacen, como base de sus ingresos, es absorber el mayor tiempo posible y la atención de un número cada vez mayor de los usuarios (para lo cual hay una serie de estrategias de vigilancia, seguimiento, control y manipulación) y lo venden a los anunciantes.
De otro lado, las redes sociales han pasado de ser una simple herramienta a un sistema sofisticado de persuasión convertido en tecnología que analiza comportamientos, modifica conductas y crea nuevos hábitos en las personas. Hasta el punto que en varias de las elecciones y procesos políticos en el mundo han venido cobrando cada vez más relevancia en cuanto al resultado final se refiere. De hecho, la fórmula de personalizar la información de acuerdo a los gustos de los usuarios ha venido estimulando la polarización política y social en muchos países. Así mismo, un estudio del MIT estableció que las noticias falsas circulan 6 veces más rápido en las redes sociales que las verdaderas.
Hay que reconocer que las redes sociales han generado aspectos positivos. Sin embargo, hay un asunto grave que tocan los expertos académicos en el documental sobre el grado de adicción y de afectación de la salud mental y física de los usuarios. Estos opinan que con base en el dialogo y el reconocimiento de los demás, que se da a través de las redes, se estimula en las personas un mecanismo neurotransmisor del cerebro que desencadena la Dopamina, conocida como la hormona de la felicidad, muy similar al efecto que producen las drogas, con sus facetas de placer, dolor, efusividad, abstención y depresión. De tal surte, que los miembros de la denominada Generación Z (nacidos después de 1.996), que han estado más expuestos a las redes, son más ansiosos, más frágiles, más depresivos y con más aversión a los riesgos. No es coincidencia entonces que en la última década se hayan multiplicado por 3 los casos de depresión y suicidio entre jóvenes en los EEUU.
Lo grave es que estas compañías no se detienen en su afán comercial y exhiben un comportamiento poco ético, explotando lo peor de nuestra sociedad. Además, tampoco existen regulaciones sobre protección o normas claras de vigilancia estatal o social. Sobre todo, porque todas las acciones de sus usuarios son registradas y llevadas a un proceso sofisticado que influye y determina posteriormente su comportamiento, sin que estos se den cuenta. Es como si estuvieran programándonos a los humanos, sin nuestro consentimiento.
Lo mas impactante es que las denuncias son hechas por ex – directivos de alto nivel de Facebook, Google, Twitter, Instagram, YouTube, Firefox, Gmail, Snapchat y Pinterest. Hay que creerles, pues ellos pueden decir como Martí: “…Viví en el monstruo y le conozco las entrañas…”
@vherreram
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