Renegociar la deuda externa
- Por: Jorge Vergara C.
- 12 ago 2020
- 4 Min. de lectura

Colombia es un país que se ha caracterizado por honrar su deuda. Actualmente las firmas calificadoras le quitaron el rango de BBB+, a un BBB- por los problemas fiscales que enfrenta y que con el nuevo coronavirus se afectarán más. Pero esta calificación no debe ser motivo de preocupación del gobierno colombiano en época de pandemia. El Estado necesita recursos financieros para enfrentar una pandemia que sabemos cómo empezó, pero no sabemos cómo terminará ante la falta de una vacuna que nos pueda garantizar la cura definitiva. El gobierno tiene que saber que en esta crisis que nos cogió con un precio del petróleo y carbón bajo y, un déficit fiscal alto, no tiene otra salida sino seguir endeudándose.
No es tiempo para estar pendiente de firmas calificadoras o encuestas, es tiempo para tomar decisiones que conlleven a fortalecer nuestro sistema de salud y dotar de recursos financieros a las familias más vulnerables para que con ellos puedan adquirir bienes y servicios en el mercado reactivando así la economía. Es tiempo de aprobar una Renta Básica y renegociar la deuda pública.
En el presupuesto anual del año 2020, se tiene contemplado pagar por servicio de la deuda$53.6 billones, que representan el 20.3%, del total del presupuesto de ese año. Para el próximo año, el proyecto de presupuesto contempla un pago por servicio de la deuda de $75.8 billones, es decir, el 24.2% del presupuesto del año 2021.
Esto es un despropósito. Un presupuesto donde lo prioritario no es la salud, ni la educación, ni la reactivación de la economía. Lo fundamental para el gobierno de Iván Duque es complacer a los financiadores de su campaña y a los banqueros. Destinar una cuarta parte del presupuesto para pagar la deuda es un atentado contra los pobres del país que reclaman a gritos una Renta Básica, mientras el gobierno se las sigue negando y pensando que con un ingreso solidario de $160.000 pueden sobrevivir esos dos millones de personas que lo reciben.
Recientemente el G-20, tomo la decisión con el FMI y el Banco Mundial de aplazar por 12 meses, el pago de la deuda de los países pobres, lo que les permitirá liberar unos US$14.000 millones, que pueden destinarlo a salvar vidas sin tener que preocuparse por el pago de la deuda. Si bien esta medida es loable, sería interesante que hicieran extensiva la misma a los países en vías de desarrollo como el nuestro, para que se condone una parte de la deuda o le concedan un plazo de 12 meses sin costo adicional.
El 26 de marzo de este año, 40 congresistas de ocho partidos políticos le solicitaron al presidente Iván Duque solicitar al FMI que condonen la deuda pública colombiana, pues afirman que “destinar la quinta parte del Presupuesto General de la Nación en la vigencia del 2020, para pagar la deuda pública es un desafuero, mientras le pedimos a la gente que se resguarde de la pandemia expuesta al hambre, las deudas de sus hogares y la falta de techo”.
Compartimos totalmente esta solicitud a fin de liberar recursos para destinarlos en primera instancia a dotar los hospitales de los implementos necesarios para atender la pandemia, contratar la mano de obra necesaria para brindar una atención digna y en especial crear una Renta Básica de un salario mínimo de $877.803, durante tres meses y un cuarto y quinto mes con aportes del 50% de un SMLV. No olvidemos que con estos recursos estamos impulsando la demanda interna de la economía, que representa alrededor del 85% del PIB.
Nuestro país tiene motivos suficientes para solicitar que se condone parte de la deuda y con otra parte se conceda un plazo de 12 o 24 meses para pagarla sin recargo alguno, pues debido al confinamiento, la economía colombiana tendrá un crecimiento negativo entre el 8% y 10%, del PIB, un desempleo entre el 25% y 30%, ciudades capitales con desempleo entre el 30% y 41%, un déficit fiscal del 8.2%, del PIB una caída de las exportaciones del 34%, un precio del petróleo oscilando entre US$17.6 y US$43, el barril y un carbón a US$34 por tonelada, una informalidad del 47% niveles de pobreza del 27%, y pobreza extrema del 7.2% y una deuda pública alrededor del 65% del PIB.
Ante esta realidad, y la necesidad de reactivar la economía y salvar vidas, es imperativo que el Ministro Alberto Carrasquilla con su equipo de trabajo se siente a negociar con la deuda externa e interna. No podemos olvidarnos que son muchos los privilegios que este gobierno le ha dado a la banca.
Economistas famosos en el mundo proponen la condonación de la deuda de los países pobres y emergentes, entre ellos podemos citar a Carmen Reinhart vicepresidenta y primera economista del Banco Mundial y el profesor de Harvard, Kenneth Rogott. Por su parte, la ONU habla de “un problema de vida o deuda” y propone un acuerdo mundial de deuda para evitar un desastre económico en los países en desarrollo por la pandemia.
Lo que llama la atención, es que el gobierno Duque no le ha respondido a los parlamentarios que le solicitaron negociar la deuda buscando una condonación o una renegociación. Sigue siendo un gobierno ciego y sordo, no solo con lo de la renegociación de la deuda, sino también con lo de la Renta Básica.
El gobierno no está siendo consciente de que tiene una ´bomba de tiempo´ que puede estallar en cualquier momento porque la hambruna asecha y el desempleo incrementa la inseguridad.
El gobierno tiene que entender que solo con el gasto público, en estos momentos de crisis, se puede reactivar la economía y todavía tiene tiempo de rectificar como se lo dicen los periódicos New York Time y El Espectador en su editorial del 19 de julio.
Sin renegociar la deuda no se cumplirán las metas fijadas por el mismo gobierno, el cual plantea una recesión este año del 5.5% del PIB para crecer el año entrante al 6.6%. Esa mentira solo se la cree el gobierno y sus aliados. Nuestra economía está en crisis por la pandemia, y recuperar el tejido social y el tejido empresarial no será fácil.
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