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OCDE proyecta que economía colombiana podría caer casi un 8%

  • Foto del escritor: Redacción Acta diurna
    Redacción Acta diurna
  • 10 jun 2020
  • 3 Min. de lectura


Este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que en el mejor de los casos, el Producto Interno Bruto (PIB) mundial caerá un 6%, mientras que si hay rebrotes, podría llegar a un descenso de un 7,6%. Unos datos que en América Latina son aún más alarmantes, como demuestra

Así las cosas, en América Latina, los datos tampoco son alentadores. Argentina podría sufrir una caída del PIB del 10,1%, y se espera que Chile caiga en su mayor recesión desde 1982 con una caída entre un 5,2% y el 7,1% del PIB; por su parte, el PIB de Colombia podría caer entre un 6,1 y un 7,9%; en el caso de Brasil, sería aún más alta la caída, con un descenso del PIB entre el 7,4 % y 9,1 %; México sufriría una caída del 7,5% al 8,6%; y en Argentina, el PIB se deprimiría del 8,3 % al 10,1 %.



En octubre de 2019 la OCDE preveía un crecimiento de 3,3% a diciembre de 2021.


En el caso de Colombia el organismo señala que la economía está entrando en una profunda recesión, la peor en un siglo, impulsada por las medidas de confinamiento interno necesarias para limitar la propagación de COVID-19, la contracción económica mundial, la disminución de los precios del petróleo y el endurecimiento de las condiciones financieras.


Así las cosas, según el organismo, si la pandemia se mitiga después del brote actual, se espera que la economía caiga 6,1% en 2020, pero en caso de que ocurra un segundo brote de Covid-19 a finales de año, la economía se contraería 7,9% en 2020.


La recuperación será moderada, liderado por mejoras en la confianza del consumidor y una recuperación gradual de la inversión ayudada por una menor carga de impuestos corporativos introducida en una reforma fiscal de 2019. Un entorno externo débil mantendrá el comercio deprimido y aumentará la vulnerabilidad a los precios ya bajos de los productos básicos.


La política fiscal debe continuar apoyando los servicios de salud pública y preparar el sistema de salud para futuros brotes de COVID-19. Aunque el espacio fiscal es limitado, podrían necesitarse más recursos públicos específicos para apoyar la actividad económica en los sectores que más sufren por las medidas de contención. Fomentar el empleo formal a través de menores impuestos sobre la nómina será clave para poner a la economía en una senda de mayor productividad y crecimiento inclusivo. La política monetaria debe seguir siendo acomodaticia y facilitarse aún más si es necesario.


El virus fue diagnosticado por primera vez en Colombia a principios de marzo. Los nuevos casos diarios de contagio, el número de muertos y el uso de camas de cuidados intensivos siguen siendo bajos, en comparación con algunos países de la región y los países más avanzados. Esto es al menos en parte impulsado por las primeras acciones de contención y una población relativamente joven.

Los riesgos a la baja para las perspectivas han comenzado a aumentar debido a los efectos adversos del brote global de COVID-19, los precios más bajos del petróleo y las medidas de bloqueo interno. El PIB real disminuyó un 2,4% durante el primer trimestre de 2020, impulsado por un fuerte deterioro de la demanda externa y el impacto de las medidas de bloqueo interno de una semana durante marzo. La demanda de energía disminuyó en más del 15% durante el bloqueo.


La confianza de los consumidores y las empresas se desplomó durante marzo y abril a los niveles más bajos jamás registrados. El empleo se hundió en abril a mínimos históricos, en medio de un aumento en el desempleo y la inactividad. Los mercados financieros están bajo estrés. Los mercados de valores han caído bruscamente, la prima de riesgo del gobierno ha aumentado y el peso se ha debilitado fuertemente en la primera mitad del año en medio de grandes salidas de capital y una mayor incertidumbre.



Las autoridades han implementado un amplio conjunto de medidas de ayuda destinadas a amortiguar las consecuencias económicas de la pandemia. Las medidas han tenido como objetivo evitar que los grupos más vulnerables caigan en la pobreza, a través de programas sociales ampliados y nuevas transferencias de efectivo, incluidos los trabajadores informales, y subsidios a los salarios para evitar despidos masivos del empleo formal.


Para apoyar a las empresas, especialmente a las PYME, el gobierno anunció la provisión de garantías de crédito, aplazamientos de pagos de capital de préstamos existentes y contribuciones de pensiones canceladas. El banco central redujo la tasa de política a niveles históricos bajos, comenzó las compras de activos y aseguró la provisión adecuada de liquidez tanto en el mercado financiero interno como en los mercados de tasas de cambio para apoyar la oferta de crédito. Estas medidas ayudan a preservar empleos, empresas y capital. DATAIFX

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