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Estudiar, ¿para qué?

  • Por: Víctor Herrera M.
  • 18 mar 2019
  • 3 Min. de lectura

Más que preocupante nos resultó la lectura del reciente libro del conocido y galardonado periodista Andrés Oppenheimer, titulado “Sálvese quien pueda”, sobre el futuro del trabajo en la era de la automatización o la robotización.

En primer lugar, porque basado en varios estudios vaticina que en los próximos años desaparecerá el 47% de los empleos en los Estados Unidos (donde hoy existe un 3% de desempleo, lo que técnicamente se denomina Pleno Empleo). De hecho, el autor comienza a introducirnos en el tema y a desarrollar su trabajo periodístico a partir de destacar una investigación en Oxford que anuncia que se esfumarán más de 700 tipos de empleos en todo el mundo reemplazados por Robots o algoritmos.


En segundo término, porque Oppenheimer realiza un recorrido por varios países de 5 continentes para demostrar con hechos, entrevistas, personajes y pruebas lo que está concurriendo y que ya está afectando a profesiones tan importantes, tradicionales y reconocidas como la Medicina, la Docencia, la Arquitectura, la Abogacía, la Contabilidad, los banqueros, La Hotelería y el Turismo, los vendedores de seguros e incluso el Periodismo y varias de las actividades que tiene que ver con esta última labor cómo los redactores, los escritores y los traductores.


Sobre todo porque demuestra que en cuestiones de eficiencia laboral y economía de costos – que es lo primero que interesa a muchos empresarios – los Robots son más fructíferos pues pueden trabajar durante las 24 horas, no perciben salario o alguna contraprestación monetaria ni tampoco prestaciones sociales, no van al médico, no piden permisos, no se embarazan, no se sindicalizan, no se emborrachan, en fin. Además de que se ha demostrado que en muchas actividades son más eficaces que los propios humanos.

Ante este panorama aparentemente apocalíptico hay que rescatar que así como algunas de las profesiones y los oficios actuales desaparecerán, otros se reinventarán o renovarán. Así mismo aparecerán muchos nuevos y algunos de los que ya existen tendrán una alta demanda como es el caso de las ingenierías y de aquellas disciplinas orientadas a aprovechar el tiempo libre y al desarrollo de la cultura, entre otros.

Sin embargo, en este mundo laboral que está experimentando una gran transformación los humanos aún tenemos varias ventajas frente al pragmatismo y eficiencia de los Robots. Se trata de lo que llaman los entendidos las “Habilidades Blandas”: creatividad, trabajo en equipo, sentido común, intuición, empatía, sensibilidad, capacidad de relacionarse, habilidades comunicativas, actitudes proactivas, compromiso y ética, entre otros. También está nuestra formación humanística que será el signo distintivo de aquellas instituciones educativas que realmente quieran construir un buen ciudadano y un mejor ser humano y no alimentar un simple negocio de venta de diplomas.


Según nuestro criterio, dos conclusiones básicas quedan al final: 1- Tenemos que definir con claridad que deben estudiar las nuevas generaciones porque lo que están aprendiendo hoy nuestros hijos, en primaria o bachillerato por ejemplo, muy poco les servirá dentro de unos años (como nos está ocurriendo hoy a nosotros en comparación con lo que estudiamos en nuestros tiempos). Incluso muchas instituciones de educación superior de hoy tendrán que revisar su oferta académica y readecuar o renovar varias de las ya existentes. 2- Debemos volver a la universidad a actualizarnos por los menos cada tres o cinco años porque todo lo que aprendimos y aprendamos con el paso del tiempo se volvió y se volverá obsoleto. Casi que tendremos que adelantar un aprendizaje permanente durante toda nuestra vida activa.

Para todo ello tenemos que prepararnos, pero también revolucionar nuestro actual sistema educativo.

@vherreram

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