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La dura situación económica de Barranquila, ¿seguirá?

  • Por: Dany Oviedo M.
  • 27 feb 2019
  • 3 Min. de lectura


El boletín de coyuntura económica del Atlántico dado a conocer la semana pasada por la Cámara de Comercio de Barranquilla y Fundesarrollo muestra que 2018 fue un año duro en términos económicos para muchos sectores en la ciudad y el departamento.


Es cierto que el Atlántico lideró el crecimiento anual de creación de empresas en el país, con 17.642 unidades económicas productivas nuevas. De éstas, el 45,8% son del sector servicios, el 37,4% se dedican a comercio y el 16,8% se ubican en el sector industrial y en la construcción. Esas nuevas empresas creadas equivalen a un incremento del 14,3% con respecto a 2018, seguido de lejos por Valle del Cauca (con un 7,5%), el cual es segundo en el ranking. Además el capital con el que se constituyeron esas nuevas empresas fue un 15,5% más alto que el capital con las que se creó empresas en 2017.



El 90% de las exportaciones del departamento son industriales, mientras que a nivel nacional el 58% de lo vendido a otros países corresponde a bienes primarios, principalmente minero energéticos (petróleo, carbón y gas) y en los últimos diez años el Atlántico ha aumentado las exportaciones de manufacturas de alta tecnología en un 83% y las de media tecnología un 113% mientras que los bienes primarios y las manufacturas de baja tecnología decrecieron en un 64% y un 25% respectivamente.


Barranquilla es la única de las grandes capitales del país que cerró el año con la confianza del consumidor en positivo (11%) y durante casi todo el año se mantuvo fuera del terreno negativo a diferencia de Bogotá y Medellín, y las ventas del comercio al por menor crecieron un 6% debido al impulso de la reventa de equipos de informática.


Si bien estas cifras son positivas, no pueden llevarnos a creer que estamos mejor que el resto del país o incluso mejor que nosotros mismos con respecto al año inmediatamente anterior, pues hay otros indicadores que resultan preocupantes para la economía del departamento.


El año pasado Barranquilla tuvo una mayor inflación (3,7%) que el promedio nacional (3,18%) -presionado por los precios de los alimentos y la vivienda- y la tasa de desempleo se incrementó 1,1% llegando al 8,6%. Es decir, hubo en Barranquilla 13.000 nuevos desocupados.


Así mismo, se sigue estancando la venta de vehículos nuevos (las matrículas sólo subieron un 0,65% mientras que el promedio en Colombia fue del 7,6%) y cae fuertemente con un 19% la venta de vivienda nueva con respecto a 2017.



Por otra parte, la confianza de los industriales pasó nuevamente a niveles negativos, seguramente debido a la reducción de la producción en este sector de la economía dada principalmente por la caída en los productos relacionados con el petróleo, la confección de prendas de vestir y la fabricación de jabones y detergentes.


Vistas así las cosas, en Barranquilla la economía no tuvo un buen comportamiento el año pasado y no pinta muy bien para este 2019 para las clases medias y bajas a quienes se les ha reducido su capacidad de obtener bienes durables (como vivienda y vehículo), mientras que vuelven a ver amenazados sus empleos y una alta inflación que eleva el precio de la comida y los arriendos los amenaza con el desespero. Mientras, los comerciantes no ven crecer sus ventas ni los industriales su producción y la dura situación parece que no terminará en 2019.

@oviedoking

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