Las guerras del petróleo
- Por: Ulises Redondo C.
- 20 feb 2019
- 5 Min. de lectura

Este texto no constituye un artículo de mi autoría. Siendo honestos, son fragmentos tomados del libro La Guerra del Petróleo de Jacques Bergier, (Agosto de 1912-Noviembre de 1978), quien fuera ingeniero químico, espía, periodista, y escritor francés. Con este texto cada cual sacará sus propias conclusiones.
“Una gigantesca partida de ajedrez está en curso a escala del planeta. Hombres, razas, naciones, sentimientos e ideales no son más que peones empujados por adversarios que piensan en términos de poderío, no de filantropía. Peones inconscientes, en la mayor parte de los casos. Se utilizan las rivalidades, los odios locales, se les envenena, y los peones se matan unos a otros, persuadidos de la justicia de sus reivindicaciones. Hasta el momento que, en un arrebato de desesperación, se rebelan. Esto también ocurre”.
“La lectura de los periódicos, por muy bien informados que estén, no nos da la superficie de las cosas: el punto de vista parcial y pasional de los beligerantes. Cuando el debate se eleva, se nos habla, por ejemplo, de una lucha ideológica entre comunismo y capitalismo, sin explicarnos las verdaderas razones. Sin revelarnos por qué esa lucha ha estallado aquí y no allá. En suma, es cierto que existe un complot del silencio alrededor de determinados hechos”.
“unos intereses están en juego… ¿De qué se trata? ¿De una querella racista, ideológica? Si se trata de enseñar a las gentes las ventajas de la libre empresa capitalista, o por el contrario las del socialismo marxista, ‘es un método lógico enviar bombas antes que tractores? ¿Es razonable gastar tanto dinero para catequizar a un puñado de analfabetos? ¿Es en nombre de la filantropía que se les llena de armamentos? ¿Es por afán humanitario que se corre el peligro de provocar una Tercera Guerra Mundial?”.
“Un país cuyas riquezas naturales lo han hecho tan poderoso que necesita más actividad, también va a buscarla en otros sitios, como es el caso de los Estados Unidos”.
“En las causas o en el desarrollo de caso todos los conflictos desde principios del siglo XX, se encuentran en el petróleo”.
Recordemos que el holandés Hendrik August Wilhelm Deterding, conocido como el “Napoleón” del petróleo, financió, antes y durante, la Primera Guerra Mundial. Deterding, quien más tarde adoptaría la nacionalidad inglesa, era el mayor accionista de la Shell, trusts la cual se enfrentó a la Standard Oil Company del estadounidense John D. Rockefeller, considerado como el “Rey” del petróleo.
“Porque el petróleo es la sangre de nuestra civilización. Sin él, los motores de los barcos, de los aviones de guerra o comerciales, de los blindados y de los coches particulares pararían, se acabaría el aceite y las grasas para los engranajes; se acabaría el caucho sintético para los neumáticos y llantas, no habría plexiglás o vidrio acrílico utilizado para las cabinas de aviones y sofisticados autos deportivos, no habría cristal para los automóviles. Ya no habría defensa nacional posible. Ni trabajo tampoco”
Tampoco sería posible utilizar el Napalm, utilizado en Vietnam. En las tres últimas guerras en Irak y Afganistán, EE.UU cambió el producto Napalm-B por Bombas Mark-77, que es un Napalm con mezcla gelatinosa similar y que EEUU considera "legal", porque no firmó la proscripción de esas armas que las Naciones Unidas ordenó en 1980, debido a su naturaleza genocida. El Napalm es un combustible que en términos generales se puede clasificar como gasolina gelatinosa.
“Sin el petróleo fuer imposible obtener el TNT, ni fibras como: nilón, tergal, dacrón y orlón (sintética utiliza principalmente en industria textil), no fueran posible los insecticidas, abonos químicos, carrocerías, platos, mangueras de riego, crema de belleza, mesa de jardín, mantel para la mesa, barnices, flores artificiales, techados, cortinas, rojo de labios, rímel, laca de uñas, prendas íntimas, lejía, esponja, jofaina, cepillo de dientes, cera, gas de cocina, tinta de imprenta, asfalto, parafina, películas, etc. Casi 300.00 ‘productos diversos se obtienen del petróleo. La catástrofe provocada en Occidente por falta de petróleo sería inimaginable”.
“Las grandes corporaciones petroleras, transnacionales (están por encima de los Estados) dirigen centenares de sociedades filiales que manejan miles de millones de dólares y abarcan todo el mundo con gigantescos tentáculos. Sus actividades comienzan con la exploración y terminan con la venta, pasando con la explotación, el transporte, el refinado y la fabricación de productos acabados”.
“La lucha se desarrolla en el mundo entero, dondequiera que exista un pozo, en todas las rutas de paso del petróleo. Esto representa una buena parte del planeta. Lo que está en juego es la libertad y, a veces, la supervivencia de las naciones. Víctimas: los débiles. Riesgo: el fin del mundo. Es notable que este tema no sea abordado públicamente. Es evidente que los grandes señores del petróleo prefieren no poner al descubierto los móviles y los medios reales de sus acciones. Probablemente tienen razón. Son cosas más propias para sublevar que para emocionar”.
“En 1967 el presidente de Francia dijo en lenguaje diplomático”: ‘La guerra del Vietnam y la del próximo Oriente están estrechamente vinculadas… Son guerras del petróleo”.
“Durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania perdió la guerra del petróleo. Rusia (antes URSS), por el contrario sigue siendo una de las grandes ganadoras. En cuanto a China, después de haber estado a punto de sucumbir a las embestidas de Japón e Inglaterra, despierta. Técnicos soviéticos la ayudaron al principio. Su situación es todavía precaria, pero acecha al Vietnam y a la India. Si China alcanza a tener poder sobre el petróleo, los dos súper grandes deberían considerar un nuevo reparto del mundo entre tres”. Hoy está dividido en dos: los ricos de Europa, los de Norte América (Estados Unidos y Canadá), los de Asia: Rusia, China y Japón, y los pobres del Asia, África y América Latina, incluyendo a México.
Es casi imposible pensar que se reparta el petróleo del mundo entre tres súper potencias sin que antes haya una Tercera Guerra Mundial.
“Los conflictos y la posibilidad de un tercer holocausto por causa del poder sobre el petróleo no cesarán. Georges Benjamín Clemenceau, ex primer ministro francés, dijo en su momento: “Una gota de petróleo vale una gota de sangre”. Entre tanto, Lord George Nathaniel Curzon, miembro del Gabinete de Guerra Inglés (194-1918), expresó: “Los aliados han navegado hacia la victoria sobre una ola de petróleo”.
“Hendrik August Wilhelm Deterding, gran señor de la Shell Dutch Petroleum, fracasó en su tentativa de destruir a la Rusia de los soviets. Posteriormente, los señores del petróleo ya no hablaban de destruir a la URSS, solo se limitaban a decir:”Depender del petróleo ruso significa depender a largo plazo de las estructuras políticas rusas. Significa, además, provocar el repliegue sobre sí mismo de las naciones industriales y la ruina de aquellos países productores cuya vida económica entera descansa en la explotación del petróleo, tales como Venezuela o los Estados del Oriente Medio. Muchas consecuencias son de temer de una eventual victoria económica de la URSS (Rusia) en el plan petrolífero”.
“Así ocurre en el Medio Oriente. Así ocurre en Venezuela, este último, (vendido a las grandes compañías, durante mucho tiempo, antes de que Chávez nacionalizara ese recurso natural) ha sido el teatro de muchas revueltas” y agrego, 10 golpes de Estado ocurridos entre los años 1908 y 2002. En realidad serían 11 topetazos si se consolida la de Guaidó.
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