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Frente de reconciliación nacional

  • Por: Nicanor Flórez V.
  • 22 mar 2018
  • 3 Min. de lectura

El domingo 11 de marzo, perdieron las minorías que pretendían desestabilizar la democracia, y que han soñado siempre con imponer sus proyectos políticos, usando el terror. No pudieron inaugurar el círculo magnicida alentado en las redes y medios, dado el frustrado atentado contra Gustavo Petro. Perdieron los manipuladores de encuestas, que pretendieron desconocer los candidatos de centro izquierda, bajando a fajardo, o disminuyendo a de la calle y evitando registrar a Carlos Caicedo. También perdieron los irresponsables o manipuladores que no pudieron impedir el proceso de consultas interpartidistas, cuyo evento a pesar de la falta de garantías, se verificó.


Gano la democracia colombiana, pues a pesar de sus imperfecciones, pudo desarrollar comicios, con los fusiles silenciados, e incluso con la participación satisfecha de la FARC. Y se pudo escoger un congreso multicolor, multifocal, donde las extremas derechas e izquierdas, no tienen posibilidad de desarrollo, dado el equilibrio de fuerzas parlamentarias tanto del centro como de la derecha y de la izquierda, lo cual augura que quien gane la presidencia, tendrá que buscar la gobernabilidad democrática, mediante consensos beneficiosos para el país, puesto que nadie garantiza una agenda parlamentaria que no sea transparente, lo cual permitirá adelantar las reformas fundamentales con respeto al equilibrio de poderes, en beneficio de la profundización de la democracia, y la implementación aplazada de la constitución de 1991.

Para que Colombia siga el rumbo del cambio y la paz a otro nivel, se requiere la integración de un frente de reconciliación nacional, cuyo núcleo inicial, sean un preacuerdo de puntos comunes de plataforma de gobierno, que atienda la seguridad integral de la nación, la productividad, competitividad y conectividad de nuestra economía y la generación de empleo y oportunidades para los jóvenes, así como la innovación tecnológica y política pública educativa nacional, así como los puntos comunes de las propuestas de gobierno de Humberto de la calle, Sergio fajardo y Gustavo petro, enriquecida con los aportes de todos los que participamos como precandidatos presidenciales alternativos hasta el 10 de marzo del 2018.


Esta mesa, ampliada a los precandidatos alternativos que aún se le sumen, como el caso de Poder Ciudadano elaboraría agenda común colombiana que sirva de base para los tres candidatos hasta la primera vuelta -si no logran o no pueden desmontar sus aspiraciones en una sola- y que también sirva de guía para la acción del candidato alternativo que pase a la segunda vuelta.



El comité profrente de reconciliación nacional podría invitar a personalidades de diversa procedencia generanacional, sectorial y social, con méritos para ser llamados a integrar gabinete de posconflicto, que genere confianza inversionista y estabilidad política, para garantizar la gobernabilidad del gobierno de la reconciliación y la gobernanza esparcida en territorio nacional, para posibilitar la implementación de la paz a otro nivel.


Los candidatos alternativos tendrían la ocasión de enriquecer su visión con el aporte de quienes podrían ser integrantes del gabinete de reconciliación nacional, donde se considere por ejemplo que el ministro de defensa pueda ser un militar retirado de la talla del General Fredy Padilla De león, el Almirante Ernesto Durán o el General Alberto Mejía. Que se evalué para el manejo y cambio tranquilo de la matriz energética nacional, para la presidencia de Ecopetrol a Juan Manuel Ruiseco Gutiérrez, Amílkar Acosta Medina, Christian Daes Abuchaibe o Antonio Celia Martinez-Aparicio; para orientar la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación a Carlos Caicedo, Ricardo Mosquera o Sergio Pulgarin Mejía; los asuntos del transporte y la infraestructura a Juan Martin Caicedo Ferrer, agricultura a Juan Camilo Restrepo o Miguel Samper Strouss; los asuntos de la Hacienda y el Banco de la República orientados por Rudolf hommes, Guillermo Perry, Armando Montenegro o Salomón kalmanovitz; el Ministerio de Justicia a Catalina Botero Marino. La cartera de salud debería ser consultada desde ya con el gremio médico nacional. La cartera laboral consultada con las Centrales Obreras y la ANDI, y la cultura por su papel en la implementación de la paz, debería consultarse al más alto nivel del sistema académico y cultural colombiano. Una agenda revisada por personalidades de diferente procedencia sectorial, social y multifocal, seria las más aproximada a un acuerdo sobre lo fundamental.

El frente de reconciliación nacional, partiría de la integración del partido liberal colombiano, la Coalición Colombia y Colombia Humana y demás movimientos alternativos. Pero una vez obtenido el triunfo eventualmente en primera vuelta o en la segunda, antes de implementar el esquema de gobierno-oposición, ofrecería la participación de los partidos vencidos en el gabinete de reconciliación nacional, y solo en caso del rechazo de la oferta, se procedería a vincular a título personal, colaboradores técnicos, de evidente procedencia de la derecha civilizada.


@nicanorflorezv // nicanorflorez@gmail.com

Líder de iniciativa ciudadana agua lo primero

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