Periodistas…?

“Cuál es la distancia que debe mantener el periodista con el poder..?” le preguntó Gustavo Gómez al inolvidable Ernesto Mcausland en una entrevista pocos días antes de su tempana y lamentable partida. El gran cronista costeño le respondió con una frase para enmarcar: “..Debe estar a centímetros del poderoso y a kilómetros de las ambiciones de éste…”

Traemos a colación este episodio a propósito de que por estos días se celebra en nuestro país el Día del Periodista para evocar la fundación del primer periódico: “Papel Periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá”, por parte del cubano Manuel del Socorro Rodríguez de la Victoria, el 9 de febrero de 1.791.

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Hoy existen varias “especies” de periodistas amparados en el derecho a la libertad de expresión – que la constitución del 91 generalizó para todos los ciudadanos – y en tener acceso a un micrófono o a un computador. Veamos. Están los que obtienen un grado universitario, incluso de Periodista, y creen que por este solo hecho realmente lo son (ya García Márquez expresó su preocupación por ellos). También están los que utilizan este oficio para sus propios o ajenos intereses políticos (mercenarios) o económicos (“empresarios”). Y recientemente se han agregado los youtubers, blogueros, twitteros y toda clase de “líderes de opinión” de las redes sociales que actúan bajo el pomposo concepto de “Periodismo Ciudadano”. Muy diferente al que cita como tal Ignacio Ramonet (Editor de Le Monde Diplomatique) cuando habla de la necesidad de establecer un nuevo periodismo que se enfoque desde la perspectiva del ciudadano para constituirse en el “Quinto Poder” y lograr así oponerse al contubernio en que viven hoy los grandes medios y los poderosos grupos económicos.

Es cierto que es una tarea titánica ejercer un Verdadero Periodismo en un país que es hoy el primer productor de Cocaína del mundo(según EEUU). Sabemos que esta es una actividad que permea en Colombia, de manera directa o indirecta, casi todas las esferas de lo público y lo privado. Realmente es una osadía que muchas veces se paga con la vida.

Pero también es cierto, que ejercer el Verdadero Periodismo en el segundo país más desigual de Latinoamérica y el séptimo del mundo (según el Banco Mundial) es una necesidad que entraña una gran responsabilidad social y que se hace más difícil de practicar en la medida en que los principales medios de comunicación están en manos de los grupos económicos más fuertes.

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Por ello debemos insistir y persistir. El Verdadero Periodismo en Colombia (y en el mundo..?) debe ser una especie de apostolado que tiene como misión esencial enfrentar al poder (sea económico, político, militar, religioso, mediático, criminal, etc.) cuantas veces éste vulnere los derechos fundamentales de los ciudadanos. Ese periodismo trascendental tiene su piedra angular en la ética de quien lo ejerce (ese otro valor tan escaso en nuestro país), que a su vez se estructura en la formación dentro y fuera de las aulas de clase, en la necesidad de investigar, en obtener la información de la selección acertada de las fuentes, en contrastar a esas fuentes para garantizar la imparcialidad, en el permanente ejercicio de la auto crítica y en el deber de aplicar el rigor en la divulgación de la noticia.

Se trata simplemente de volver a los principios rectores del periodismo bien hecho, para que – a propósito de la contienda electoral que se avecina – no vuelva a sentirse asqueado de este oficio el maestro Juan Gossain cuando expresa que: “..Nunca había visto a la prensa revuelta en el mismo fango de los políticos..”

@vherreram