La RAP
- Por: Raimundo Alvarado O.
- 19 oct 2017
- 3 Min. de lectura

Con optimismo total asisto este jueves 19 a la constitución de la Región Administrativa y de Planificación del Caribe (RAP Caribe) después de un recorrido en mi vida de 25 años anhelando este acontecimiento.
Son numerosos los compañeros autonomistas, entre ellos Eduardo Verano, Amylkar Acosta, Juan Pabon, Pedro Aragon y Alvaro Lastra, que consideran insuficiente al ente como lo permite hoy la ley. Pero les insisto con el argumento que he venido exponiendo desde hace seis años que el primer objetivo de la RAP Caribe debe ser promover su reemplazo por uno más potente para los fines del desarrollo integral de la región y, por fortuna, esa es la ruta que promueve ahora Verano con su propuesta de convertir el tema del ordenamiento territorial de Colombia, y dentro de este especialmente la regionalización, como objeto de un gran debate nacional.
Una carta reciente del Ministerio de Hacienda que cuenta las objeciones de esa cartera al proyecto de ley que modifica el régimen de las regiones estimula el debate. Dice las cosas que la Constitución y las leyes vigentes prohíben. Bueno, el objetivo debe ser, entonces, cambiar la Constitución y esas leyes. Asi se forman las instituciones políticas en todo el mundo. Y si Colombia necesita algo urgente es reformar el Estado para hacerlo óptimo. La regionalización es, ni más ni menos, que una reforma del Estado.
La RAP es el siguiente paso después de casi dos siglos de lucha por el respeto a la dignidad de los territorios y que en nuestro Caribe se remonta al cibarquero Nieto en 1835. Toca hacer omisión esta vez a la historia pero recuerdo bien que en 1993 me topé con el tema cuando pertenecía al comité directivo del V Foro del Caribe en representación del gremio de periodistas, donde nació la idea del foro esa vez. Forme parte de la comisión que redactó la primera de la diez o más declaraciones de voluntad de los gobernadores caribes, que esa vez también la firmó el presidente Gaviria para constituir la RAP y aprendí con Gustavo Bell, Jaime Abello, Elvia Mejia, Adolfo Meisel, Anuar Yaver, Verano y otros, en aquellos días, de que se trataba la RAP.
Se trata de una asociación de los departamentos para el desarrollo económico y social. Simple. La cuestión es el cómo y con qué.
Lo que quiero hoy decir es que el reto para los gobernadores y demás involucrados es inmenso. No pueden fallar en la integración del equipo técnico político para su gestión. No pueden negarle los recursos para su operación y pre inversión. No pueden convertirla en un instrumento miope burocratizado que no genere confianza. Por el contrario, debe obtener victorias tempranas. Y las oportunidades en esto son numerosas.
Por ejemplo, el Plan de Desarrollo para el próximo gobierno y un listado de proyectos de impacto regional que acaben con la dispersión en microproyectos de las regalías.
La lista la puedo hacer larga pero quiero terminar señalando un gran macroproyecto de impacto regional. Es la capacidad que tiene que lograr la región Caribe en sus administraciones locales y su correspondiente liderazgo político. Estamos muy mal porque no tenemos ni instituciones ni organizaciones locales para el desarrollo. Resolver este grave problema es lo más urgente y lo de mayor potencial transformativo. Si algo se hace en este frente con la RAP vale la pena hacer la RAP.
Comments