Resolver problemas cotidianos, la mejor fórmula para aprender matemáticas
- Redacción Acta diurna
- 6 jul 2017
- 3 Min. de lectura

A partir de la aplicación de ejercicios relacionados con su día a día, 32 estudiantes de grado séptimo de una institución educativa rural de Valledupar mejoraron en la resolución de problemas que implican sumar, restar y multiplicar números enteros negativos.
La harina de una finca se almacena en un silo, de donde se saca para empacarla y comercializarla. Entre las 9:00 y las 9:20 de la mañana salen 30 libras por minuto, ¿cuántas salen en total en dicho lapso? Con planteamientos como este, los alumnos que participaron en la investigación tuvieron que usar un número negativo (-30), en el que dicho signo representa la salida de la harina, y multiplicarlo por 20, la cantidad total de minutos. El resultado es -600, lo cual quiere decir que 600 libras de harina salen para empaque.
Con estos ejercicios, el profesor Jean Carlos Baena Eljach, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), abordó algunas problemáticas observadas en la clase, como por ejemplo que los alumnos confundían un número negativo con una resta.
Así, el docente reforzó el concepto de sustracción usando una escena muy cotidiana en las zonas rurales: la dueña de la tienda se le acerca a alguien y le cobra una parte de su deuda. Con esta información, los alumnos deben determinar cuál es el saldo después del abono.
Otro concepto que se trabajó tiene que ver con la definición del valor absoluto o total de una distancia recorrida. Para este tema les planteó el siguiente ejercicio: teniendo en cuenta que la casa de Pedro queda tres cuadras a la derecha de la iglesia, y la de su primo cinco cuadras a la izquierda, los estudiantes deben establecer cuál es la distancia que separa las dos casas.
Al implementar una unidad didáctica con este tipo de ejercicios, cuya finalidad consiste en enseñar el conjunto de los números enteros (los naturales, los negativos y el cero), el profesor se percató de que, poco a poco, los alumnos comenzaron a resolver los problemas matemáticos desde una perspectiva más crítica y analítica. Sin duda fue de gran ayuda para ellos entender totalmente la situación, estar familiarizados con ella.
El docente de la U.N. explica que una de las dificultades radica precisamente en que los alumnos no comprenden el 100% de los términos de un problema tomado de otro texto, de manera que entran a resolverlos aplicando los mismos procedimientos vistos en clase. Dicho de otra manera, el aprendizaje se mecaniza y se pierde la motivación para analizar a fondo la situación.
Además de los ejercicios mencionados, la propuesta tiene otro componente innovador: no aborda la división, pues con esta no siempre se consiguen resultados exactos, por lo que se estaría entrando en otro conjunto, que es el de los números fraccionarios.
Según el investigador, se trata de un proceso de aprendizaje clave, no solo con respecto a los temas matemáticos que se tratarán en grados superiores, sino que “los estudiantes se pueden ir preparando para manejar en el futuro todo tipo de situaciones diarias, como una deuda, un retiro o una transacción”.
“El trabajo se puede implementar en otros contextos teniendo en cuenta que los ejercicios deben abordar las situaciones más cercanas a la vivencia de los alumnos. Lo ideal es que esto se haga, incluso, desde la enseñanza primaria”, recomienda el investigador. AGENCIA UN.
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