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El lote ´El Vesubio´ quedó en el limbo

  • Por: Máximo Noriega R.
  • 24 may 2017
  • 5 Min. de lectura



¿Qué pasó con el lote El Vesubio, proceso que culmina con la condena a Hoenigsberg y Bernardo Hoyos, y por qué la alcaldía no hace nada para recuperar la plata del anticipo?


Uno en Barranquilla sabe que comenzó la campaña electoral cuando sale alguna medida judicial contra el exalcalde Guillermo Hoenigsberg. Recientemente, y respondiendo a esa macabra lógica, se conoció una orden de captura contra él y contra el padre Bernardo Hoyos, para hacer efectiva una pena impuesta desde el 2014 tras la casación ante la Corte Suprema de Justicia, por la compra en 1998 de los lotes El Vesubio y El Santuario para la construcción de viviendas de interés social, episodio que hoy no está del todo claro y que abre un sinnúmero de interrogantes para los barranquilleros.


Lo único seguro, es que para alguien El Vesubio y todas las circunstancias que han rodeado el episodio ha sido un negocio multimillonario, porque los predios han aumentado en más o menos un 12.000% su valor, desde cuando en 1998 se comenzó el proceso de compra, y que a alguien muy poderoso con intereses en zonas francas en el vecindario no le conviene que se destine ese predio para vivienda de interés social.


En efecto, tal y como consta en un documento de inspección judicial de avalúo que hace parte del sumario de la investigación, (ver documento) en el año 1998, cuando el Distrito inició los trámites de compra por algo más de 5.500 millones de pesos, el predio costaba 7.793 millones de pesos, y para el 2011, cuando se hizo el último avalúo, ya alcanzaba la exorbitante suma de 42.567 millones de pesos. Es decir, para el Distrito de Barranquilla la compra de los lotes era un excelente negocio, que sin embargo afectaba a quienes tuvieran intereses especulativos en ese sector del área metropolitana. Hoy, el lote se estima que cuesta unos 250 mil millones de pesos, y alrededor de él confluyen muchos intereses que bien pueden explicar por qué todos estos años intentaron y lograron que en él no se construyera una sola casa.

Lo curioso es que la investigación se inició por las denuncias de sobrecostos en la adquisición de los predios, pero los peritazgos judiciales demostraron que no solo no era cierto, sino que por el contrario el Distrito había adquirido los lotes por debajo de su avalúo comercial. En algún momento, siendo Elsa Noguera alcaldesa de Barraquilla, llegó a decir que la compra de los lotes de El Vesubio y El Santuario había sido el mejor negocio que había hecho el Distrito de Barranquilla, la realidad demuestra que tiene razón, pero primero hay que encontrar el lote que parece haber desaparecido en el Triángulo de las Bermudas.

Y allí surge otra duda que es necesario que desde la justicia y desde la alcaldía de Barranquilla nos respondan ¿Qué pasó con el lote? Son muchas las especulaciones alrededor de la suerte del lote, tanto que ya puede considerarse como una leyenda urbana, pero el alcalde Alejandro Char nos debe explicar a los barranquilleros si se completó el proceso de compra, o si por lo menos devolvieron la plata que en su momento se dio para el negocio, unos 1.100 millones de pesos que nos vendrían bien para invertir en tratar de disminuir ese 28% de barranquilleros que según “Barranquilla Cómo Vamos” no pueden comer las tres veces al día.

La sociedad vendedora del predio, en una carta enviada a la fiscalía el 11 de septiembre de 2008 (ver carta), se comprometió a devolverle al Distrito el dinero recibido en cuota parte del lote a valor presente; es decir, no solo devolverían los 1.100 millones de pesos al Distrito, sino que además a esa suma se le ajustaría la inflación y poder adquisitivo hasta la fecha de devolución. ¿Por qué 9 años después de esa oferta aún no se ha materializado?. Por otro lado, si la deuda del Distrito por el pago del resto del lote quedó dentro del acuerdo de reestructuración de pasivos con los acreedores del distrito de Barranquilla en el año 2002, ¿por qué no se han hecho efectivas las cláusulas que le garantizan al Distrito recuperar el dinero desembolsado como anticipo?

A estas alturas, y dada la valorización del predio en los últimos años, la administración distrital está obligada a buscar la devolución de los recursos, o mejor aún, a que se le entregue una parte del predio proporcional a los dineros pagados como anticipo, para que se garantice la reparación integral del daño que supuestamente se produjo con la compra del lote.


Pero los misterios y curiosidades alrededor de la compra por parte del Distrito de Barranquilla de esos lotes no terminan ahí. Los exalcaldes Bernardo Hoyos y Guillermo Hoenigsberg fueron condenado por los hechos que rodearon la compra del predio, y la Corte Suprema de Justicia ratificó en casación que la sentencia se daba por los delitos de celebración de contrato sin el cumplimiento de los requisitos legales, y por peculado a favor de terceros. En otras palabras, lo exalcaldes fueron condenados porque no realizaron los trámites y papeleo para la compra del predio en el orden adecuado, y porque con ello se favoreció a un tercero, en este caso al dueño del lote. Lo extraño es que a ese tercero que presuntamente se favoreció con el negocio, no lo han tocado judicialmente, pese a que desde octubre 21 de 2015, con la Referencia No. 316413, cursa en la Fiscalía una denuncia penal presentada por una ONG contra los socios de la sociedad vendedora, la Agropecuaria Cure Vilaró, por peculado por apropiación y enriquecimiento ilícito. Esa denuncia parece haber ido a parar también al Triángulo de las Bermudas, con el agravante de que el tiempo pasa a favor de ellos ¿Será que están esperando que se venzan los términos?.

Esta sería la primera vez que en la justicia colombiana haya una condena por peculado a favor de terceros, y que esos terceros salgan incólumes del proceso, algo similar a lo que pasó con la Yidispolítica, donde condenaron por cohecho a quien recibió, pero no a quien dio. Recordemos que en ese caso la Corte Suprema de Justicia entró a revisar el proceso y determinó que para que se dé el cohecho se requieren dos actores, uno que da y otro que recibe, y corrigió el yerro y por eso fueron condenados los exministros Diego Palacio y Sabas Pretelt. Para el caso del Vesubio, la Corte igualmente debe entrar a corregir el absurdo, porque es inverosímil que haya un peculado a favor de terceros, y que ese tercero sea absuelto, como lo hizo el Juzgado Séptimo Penal del Circuito de Barranquilla, mediante sentencia con referencia No. 080013104002-2010-00359-00, del 3 de agosto de 2011.

Mientras tanto, los barranquilleros seguimos asistiendo al espectáculo de una justicia utiliza por intereses políticos para atacar a sus adversarios, sin saber qué pasó con el lote o con la plata, y con una administración distrital que guarda un inaudito silencio frente a su obligación de recuperar los recursos públicos. Por otro lado ¿qué objeto tiene enviar a la cárcel al padre Bernardo Hoyos, que ya tiene 75 años, y a Guillermo Hoenigsberg, quien tiene detención domiciliaria? La respuesta es una sola: los quieren quitar del camino.

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