El Chigüiro sí puede consumirse de forma sostenible
- Redacción Acta diurna
- 16 mar 2017
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Según Arlensiu Tiboche García, magíster en Ciencias-Biología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), es prioritario establecer un límite máximo de chigüiros para consumo al año, dependiendo de la densidad poblacional y las condiciones climáticas de las localidades.
Por ello es clave monitorear el cambio poblacional durante la sequía y las lluvias, además de conocer el comportamiento del animal. Así mismo la asociación entre los productores de carne garantizará la optimización de los costos.
Mediante un estudio realizado en la vereda Normandía de Paz de Ariporo, Casanare, la magíster determinó que entre noviembre y febrero se secan los esteros (extensión pantanosa que se llena de agua por la lluvia o el desborde de algún río o laguna), hábitat clave para el desarrollo de la especie.
Los chigüiros no suelen desplazarse grandes distancias para buscar otras fuentes de agua, por lo que muchos mueren donde los sorprende la época seca.
En la zona estudiada, durante la temporada de lluvias la población es en promedio de 12.800 individuos, mientras que en sequía disminuye a alrededor de 8.400.
Estos registros se deben hacer con mayor frecuencia, pues el último censo antes de esta investigación es de 2006.
Cuidado con la sobreexplotación
Los chigüiros viven en manadas conformadas por 19 individuos en promedio: un macho y una hembra dominantes, adultos, jóvenes y crías.
Según la investigadora, el mayor problema radica en que para el consumo de carne se suelen sacrificar los individuos más grandes, es decir el macho y la hembra alfa, lo cual puede crear un desequilibrio en la estructura social de los grupos.
“Las personas tienden a criarlos sin límite provocando un fenómeno de sobreexplotación. En sus grupos existen estructuras que se deben conocer con mayor profundidad”.
Los productores también podrían coordinar la implementación de instalaciones móviles para el sacrificio y procesamiento de productos cárnicos con todas las medidas de higiene requeridas.
Con esta infraestructura se beneficiarían en especial los productores que viven lejos de las plantas de sacrificio y procesamiento ya establecidas. Así mismo, se podría mitigar la amenaza del tráfico ilegal.
Para la investigadora, “con un consumo mesurado, y con el trabajo constante entre la academia, las corporaciones regionales y los productores, sí es posible que se dé un consumo sostenible del chigüiro”.
Es fundamental monitorear la preservación de recursos naturales como esteros y lagunas, ante amenazas como la construcción de carreteras, la implementación de zonas de préstamo para la actividad petrolera y los monocultivos.
Cabe señalar que este trabajo ha involucrado a varias instituciones como el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial; la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquía y la Universidad de los Llanos.
Esta investigación contó con la asesoría del profesor Hugo Fernando López Arévalo, coordinador del Grupo de Conservación y Manejo de la Vida Silvestre.
Cabe recordar que la legalización del consumo, la comercialización, el transporte, la importación y la exportación del chigüiro está a la espera de los últimos detalles para entrar en vigor. AGENCIA UN.
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