2016: año para olvidar
- Por: Ulahy Beltrán L.
- 6 ene 2017
- 3 Min. de lectura
En el tema de la salud, Colombia perdió nuevamente el año. Triste es decirlo pero en este 2016 la ciudadanía colombiana tampoco pudo disfrutar del derecho a la salud como debe ser, pues sólo mediante tutela fue que muchísimos pacientes pudieron acceder finalmente a servicios y atenciones en salud.
Con esa situación, es muy probable que en el 2016 las tutelas correspondientes a violaciones al derecho de salud superen el 24 por ciento del total de tutelas que hubo en el 2015, es decir, una cada 3 minutos y medio, algo así como 411 cada día de ese año.
Con respecto al desangre de los recursos públicos de la salud, la lista de estos repudiables casos inició en el mismísimo mes de enero del 2016 y aún no acaba en este mes de diciembre. Entre los más sonados están los siguientes: (1) los más de 13 mil millones de pesos que se perdieron en el Chocó en el supuesto suministro de medicamentos de alto costo para la población pobre de esa región y en el pago de facturas de cobro soportadas en órdenes médicas falsas; (2) la supuesta firma de contratos por más de $700.000 millones que generó la destitución del Presidente de Cafesalud EPS; (3) el pago de 50.000 millones de pesos al “cartel de la hemofilia” denunciado por la Contraloría General de la República en el Departamento de Córdoba; (4) el cobro irregular por fraude al Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, SOAT, más de 80 mil millones de pesos por año denunciado por la Federación de Aseguradores Colombianos, Fasecolda; (5) el pago irregular de más de $10 mil millones de pesos por terapias para niños con retraso mental moderado y profundo, así como con parálisis cerebral espástica y Síndrome de Down, otra vez en el Departamento de Córdoba, pagándose atenciones incluidas en el POS, cancelando además tratamientos que nunca se realizaron; (6) la aparición de un nuevo cartel, el “cartel de los enfermos mentales” en el Departamento de Sucre, donde la Gobernación de Sucre en el 2015 realizó pagos de hospitalización y tratamiento de supuestos enfermos mentales por $3.173 millones, por pacientes inexistentes y la facturación fue cancelada con soportes falsos, según la Contraloría General de la República; (7) el detrimento por $1.200 millones generado por unas supuestas anomalías relacionadas con el manejo de los medicamentos de alto costo en la Nueva EPS en la ciudad de Barranquilla.
Con respecto a la muerte de niños en La Guajira el escenario no puede resultar más desalentador: si en el 2015 se murieron 37 niños wayuú por desnutrición crónica o causas relacionadas, en el 2016 el número asciende hasta el momento a 86 niños fallecidos, a pesar de las medidas cautelares decretadas por la CIDH en diciembre del 2015.
En el 2016 siguió el problema de la cartera billonaria que se no se le paga a hospitales públicos y clínicas y antes aumentó este año, así como la grave situación financiera de la red pública hospitalaria, los lamentables casos de niños y adultos quemados con pólvora en las festividades navideñas esperando que no aumenten en las del fin de año y ahora la advertencia del Instituto Nacional de Salud que dice que hasta marzo de 2017 seguirán naciendo niños con microcefalia y que si bien hasta ahora van 67 casos, el número en marzo probablemente pasará a los 300…¡mejor no sigamos!
ubeltran@hotmail.com
@ulahybelpez
El autor es Médico Cirujano y Especialista en Gerencia de Servicios de Salud (Universidad del Norte, Barranquilla); Especialista en Seguridad Social Latinoamericana (CIESS, México). Ha sido: Vicepresidente Nacional de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas; Consejero Nacional, Departamental del Atlántico y Distrital de Barranquilla de Seguridad Social en Salud; miembro de juntas directivas y asesor de IPS privadas y empresas sociales del estado; asesor en salud en entidades territoriales; asesor de la Contraloría General de la República. Actualmente: conferencista nacional e internacional en reformas de salud; docente universitario de postgrado en legislación en salud; columnista en medios impresos y virtuales; consultor y asesor en servicios de salud.
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