Bojayá: tierra sufrida
- Por: Ulahy Beltrán López
- 9 ago 2016
- 3 Min. de lectura
Colombia y el mundo no olvidan la tristemente ocurrida ´Masacre de Bojayá´ que es como se conoce la muerte violenta de 74 miembros de la comunidad afro en el interior de la iglesia de ese municipio afro como consecuencia de la explosión de un ´cilindro bomba´ o ´pipeta´ lanzado por miembros del bloque 58 de las FARC, hacen ya un poco más de 14 años, exactamente el 2 de mayo de 2002.
Este lamentable suceso de la historia colombiana y en especial de Bojayá en el Chocó, ocurrió en el marco de los enfrentamientos armados que en ese mismo pueblo se desarrollaron entre las FARC y los paramilitares, grupos armados al margen de la ley que estaban empeñados en mantener el control de la zona y el acceso al río Atrato. Hoy aparece nuevamente Bojayá por razones relacionadas con muertes de niños y adultos de su población, esta vez pertenecientes a su población indígena. Recientemente la parlamentaria liberal Sofía Gaviria, durante una reunión de la Comisión de Derechos Humanos del Senado que ella preside y realizada en la ciudad de Medellín, denunció la grave situación humanitaria que está viviendo la población indígena de Bojayá en el Chocó.
Según Gaviria -mostrando los certificados de defunción en la mano de los gobernadores de las 32 comunidades indígenas de Bojayá- solamente en esa zona, en 2016, han muerto 51 niños y 11 adultos. Estas muertes han sido secundarias al padecimiento de enfermedades prevenibles, como malaria, diarrea, vómito y tos ferina, entre otras; pero además, sigue presente el flagelo de la desnutrición pues la gran mayoría de esos fallecimientos de los niños resultan de la desnutrición grave. Para estos colombianos, poder tener acceso a atención en salud les implica andar por trochas, viajar en lanchas por el río Atrato trayectos de hasta de 10 horas. Y esas son las condiciones para quienes hacen parte de las 32 comunidades indígenas de Bojayá. Pareciera que este municipio chocoano estuviese destinado a padecer el sufrimiento por uno u otro motivo, primero la arremetida salvaje del conflicto armado en la historia no tan lejana, y ahora el tema de las muertes de los indígenas de sus comunidades. Recuerdo que hace un par de meses abordé en una columna la problemática de la falta de servicios médicos a varias poblaciones indígenas en Colombia: los wayuú en La Guajira, los jiw y los nukak en Meta y Guaviare. Dije en esa oportunidad que no podía continuar el estado colombiano ignorando esa grave problemática, ni seguírsele “bailando el indio” a la población indígena en este país.
Parece que me quedé corto en esa lista, hay que incluir a los indígenas de esas 32 comunidades de Bojayá que hacen parte de Colombia pero para quienes el estado aún está distante y hasta ausente. Según Sergio Durán, investigador y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, y quien coordina brigadas de salud en la zona de Bojayá, el tema de la falta de servicios de salud para esta población es “que a los indígenas no les están reconociendo su sistema de salud, lo que es un derecho ya inscrito en la ley”, según lo registró Paola Morales en un artículo escrito al respecto en EL TIEMPO el 2 de agosto. Son muchos los medios que han referenciado este tema en relación con la especial atención que deberían, por ley, recibir los indígenas de todo el país, esta vez refiriéndose a la población indígena infantil de la Orinoquía y más recientemente, con la triste noticia de 51 niños muertos por desnutrición en Bojayá . Bojayá tiene pleno derecho a estar cubierta por la sombrilla protectora del estado, su población afro así como la indígena, tienen derecho a no seguir padeciendo, tienen derecho a no enfermar más y hasta morir por falta de servicios de salud.
ubeltran@hotmail.com @ulahybelpez
Blog del autor
* El autor es Médico Cirujano, Especialista en Gerencia de Servicios de Salud y Especialista en Seguridad Social Latinoamericana. Ha sido Consejero Nacional, Departamental (Atlántico) y Distrital (Barranquilla) de Seguridad Social en Salud, miembro de juntas directivas de IPS privadas y empresas sociales del estado, Asesor en Salud de la Contraloría General de la República. Actualmente docente universitario, columnista en medios impresos y virtuales, consultor y asesor en servicios de salud.
Publicado en OPINIÓN Y SALUD (03/08/2016)
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