Ora pro nobis

Que el Partido Republicano sea la organización más peligrosa para la paz mundial, es la opinión de Chomsky sin que de lo que dice se pueda concluir algo distinto a lo sabido y a la reiteración de la falsa creencia de que lo estrambótico, lo ineficiente, ineficaz y lo violento es patrimonio de una determinada ideología... Como si el racismo, la homofobia, la acumulación de bienes, el deseo y la práctica de controlar los bienes y la vida ajenos fuera asunto de Kim Jong-un y no de Trump o de Hollande, Castro, Uribe o Bergoglio... Lo que Chomsky no logra hacer visible en este documento es que ese ´fenómeno´ blanco, con tupé pelirrojo, vocinglero, teatral y provocador, ignorante y matoneador, no ha salido de la nada. El pensador no logra ir más allá de la tesis del daño sobreviniente por la presencia del personaje amenazante. No considera que Trump, y lo que él expresa en la política norteamericana, sea un producto que surge de las desconecciones de las élites sociales, culturales, económicas y políticas con el mundo de la realidad. En su escrito, aparece como un marciano.... Yo no creo que sea así y le ofrezco a mis amigos una visión diferente... En Estados Unidos de Norteamerica, de México, Venezuela, Brasil y Argentina, en Cuba y en Colombia, entre muchos, las élites, y sus contra élites, se mueven en un mundo que ellos mismos han construido, a su imagen y semejanza; que creen que funcionan para ellos y en el que se sienten cómodos y seguros. Viven de una manera artificiosa, artificial y artística siguiendo rutinas y libretos, que consideran cuasi sagrados, y que les dan un puesto en una historia que se repite por toda la eternidad. Viven y se reproducen, una y otra vez, hasta el infinito, bajo la creencia de que no hay la posibilidad de que exista un mundo que palpite de una manera, con unos ritmos distintos a los que creen que tienen la capacidad y el derecho a prescribirles. Los hombres y mujeres del ´establecimiento´, variopinta fauna ideológica, pretenden no saber que hay un universo que opera, que siente miedos, que se exalta y se exulta, muchas veces sin que ni ellos mismos sepan ni el por qué, ni el para qué. Simplemente: se emocionan. Un día, ese mundo que las élites y sus contra élites no creen que existe, emerge y hace posible que aparezcan diversas versiones de otros seres elementales que sólo saben caminar en el mundo blanco y negro, el mismo en el que, desde el otro lado del espejo, medran las élites Demócratas y Republicanas, Liberales/ Conservadoras, Comunistas o Ambientalistas, Gobiernistas o de Oposición, a las que hacen temblar, y hasta desplazan, para llegarlas a gobernar bajo el credo del importaculismo, la ideología del "algosehará", en una Nueva Tierra que llamaran del "nuncajamás". Allá, hoy, es Trump. Acullá, ayer y hoy, es el Castrochavismo. Acá, ayer, hoy o mañana, de cualquier matorral salta la liebre. Mientras tanto, en Colombia, con tántos venerables, beatos y santos que están colgando el nombre de nuestra patria en forma de estampitas, ex votos, imágenes de bulto y relicarios en las tiendas de artículos religiosos alrededor del mundo, nuestras tontas dirigencias, contagiadas por el virus célico, las de todos los pelambres, ideologías y creencias, siguen como si nada pasara por fuera de la Campana de Gauss en la que viven... Creo que están esperando que se les aparezca la virgen y hasta el mismísimo loco y redivivo Mesías, en Cuerpo Ajeno. Hago constar que se los advertí...