Manual del perfecto concesionario (III)
- Por: Moisés Pineda
- 14 may 2016
- 2 Min. de lectura
Quinta Lección: Ponga al Gobierno a cargar el muerto. Usualmente, el vocero del Gobierno sabe menos que Usted del negocio; si no es así, búsquese un buen asesor. Sin embargo, no le debe bastar al privilegiado rechazar el elemento oneroso del negocio para dejarlo en manos del socio estatal sino que, tal como pasaba en los albores del librecambismo finisecular, debe considerar que los negociadores del sector público, por impericia, por inexperiencia o por corrupción, permitirán aplicar un modelo en la negociación en el que por el camino de la depreciación de los activos y por circunstancias, "aparentemente imposibles de prever", el llamado "desequilibrio contractual", debe ser asumido por el Gobierno o por un nuevo socio con capacidad para capitalizar a la empresa y posibilitar el restablecimiento de dicho equilibrio. Usted debe saber que ese modelo, finalmente, lleva al propietario inicial, al sector público, al dueño del negocio, colocado en condición minoritaria, a ir perdiendo progresivamente su participación en las utilidades que se producen. Así ha sido en Barranquilla, al punto de que lo que recibe el Distrito por cuenta de su condición accionaria en las empresas de telecomunicaciones y de Agua, Aseo y Alcantarillado, no le alcanza para cubrir, ni siquiera, los pasivos laborales que deben ser atendidos, entonces, con nuevos impuestos o con los recursos públicos que debieran destinarse a otros menesteres de la inversión. Sexta Lección: Esté atento porque alguien quiere lo que usted tiene. No pierda el horizonte. Cuando haya ganado lo suficiente, habrá llegado el momento de vender: venda!! Va a pasar entonces que, habiendo perdido el Estado su capacidad de control, luego de haber entregado el mercado y los activos públicos para poder desembarazarse del problema, sobrevendrá un segundo ciclo de crisis. Esto ocurrirá cuando, habiéndose hecho al poder político los competidores comerciales o habiendo cooptado al sector público, estos deciden repetir el mismo proceso que lleva de la exasperación de los usuarios a la apropiación del monopolio, al menor costo posible, esta vez a costillas suyas. Es así como unas élites desplazan a las otras, con la necesaria complicidad, o apoyo, del sector público no por el camino de la recuperación de la majestad e importancia de lo público, sino por la vía de la cooptación que hace posible a nuevas élites empresariales, medrar al amparo y vivir de los negocios de la Ciudad. Es entonces una confrontación entre agentes privados, los unos desde los negocios y, los otros, desde el Estado. Juegan con nuevas reglas. Reglas solo conocidas por ellos y que la gente del común parece no entender.
Kommentare