A propósito del día internacional del teatro

Ayer 27 de marzo se celebró el día internacional del teatro. Para esta fecha los artistas teatrales alrededor del mundo organizan eventos, preparan celebraciones, se esmeran por homenajear, cada uno a su manera, esta manifestación artística; esta forma de ganarse la vida. Paradójicamente en Barranquilla -y hablamos específicamente de Barranquilla porque es la ciudad donde vivimos-, aún hay mucha gente que nunca ha visto una obra de teatro, gente que no sabe que existe la carrera de Arte Dramático, gente que después de enterarse que alguien es actor o actriz de teatro le pregunta que si de eso se puede vivir. Barranquilla tiene una historia teatral larga y fructífera, gente que se ha dedicado al arte de la representación escénica por muchísimos años y desde el año 1999 existe la carrera profesional de Arte Dramático en la facultad de Bellas Artes, de la Universidad del Atlántico. Escuela que de manera ininterrumpida, desde su creación, ha venido formando artistas escénicos. Además hay otros programas técnicos y cursos dictados por diferentes instituciones, para todo aquel interesado en este arte. Sin embargo, el crecimiento de creadores no es directamente proporcional al crecimiento de espectadores. Después de tanto tiempo produciendo teatro aún cuesta trabajo llevar al público a que vea las obras. Para un grupo de teatro es muy difícil programar largas temporadas de un mismo espectáculo, porque no hay quien vaya a verlas. En otras ciudades del país y de otros países es posible mantener una obra en cartelera durante varios meses, presentándola hasta tres veces por semana, con altibajos en cuanto a la cantidad de asistentes, pero es un ejercicio que funciona. En Barranquilla, para garantizar público para una sola función, hay que hacer pre-venta, entre familiares, amigos y conocidos, porque si el grupo se atiene a que el público llegue por voluntad propia, puede llevarse una decepción. Y para próximas funciones de la misma obra, la gente que ya se la vio, muy probablemente no vuelva a asistir. Pero ¿Por qué vemos varias veces una película que nos gusta y no pasa lo mismo con una obra de teatro? ¿Por qué armamos combo para ir al cine, al estadio, a un concierto, para irnos de rumba y pero no para ir al teatro? ¿Qué es lo que impide que se cree el hábito entre los barranquilleros de salir a ver teatro? Si te trata de costos, las entradas para ver espectáculos locales no pasan de los $10.000, si se trata de calidad, es posible encontrar obras de todos los niveles y para todos los gustos, si se trata de oferta, hay programación cada vez más frecuente y festivales en varias épocas del año. Para algunos creadores teatrales sigue siendo un enigma cuál es la mejor estrategia para atraer público; cosa que no pasa si la obra viene de Bogotá y es actuada por algún artista de televisión. Por eso hay que estar permanentemente “buscándole la comba al palo”, vendiéndole la obra a los colegios o a las empresas, hacer producciones que además de satisfacer nuestra necesidad como creadores, se pueda vender a un público determinado. En la búsqueda constante de respuestas ante las inquietudes y dificultades que trae consigo el dedicarse al teatro en esta ciudad, un grupo de creadores teatrales nos pusimos de acuerdo para conformar la Red de Teatro Alternativo ReTA y desde allí, uniendo intereses y necesidades hemos venido desarrollando una serie de acciones que pretenden aportar al movimiento teatral y cultural de la ciudad; con tan sólo un año de existencia la red ya organizó una mesa sectorial de teatro, que arrojó un mapa situacional del teatro barranquillero, organizó una muestra de trabajos de grupos de la red y una muestra de monólogos llamada Bululú. Ahora se encuentra trabajando en un diagnóstico sobre el público, que nos permita entender sus gustos e intereses y buscar alternativas que los acerquen al teatro. Sabemos que falta mucho en cuanto a políticas públicas que favorezcan al sector teatral y a la formación de espectadores, también que somos una cultura dada a otro tipo de manifestaciones más festivas, pero todos los que alguna vez escogimos este modo de vida somos conscientes de la dificultad que trae consigo, sin embargo nos llenamos de fuerza cada vez que terminamos un montaje nuevo, cada vez que el público nos aplaude al terminar una función y cada vez que nos pagan por hacer los que nos gusta. La verdad aún estamos descubriendo la forma, pero sí, del teatro sí se puede vivir. ReTA - Red de Teatro Alternativo.