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Sin reforma tributaria, Colombia perdería grado de inversión en 2017

  • Foto del escritor: Redacción Acta diurna
    Redacción Acta diurna
  • 4 mar 2016
  • 4 Min. de lectura

Si a enero de 2017, el Gobierno no ha hecho la tarea de aumentar sus ingresos fiscales, por medio de una reforma tributaria, perderá el grado de inversión. Nueve meses le quedarían al Gobierno para dar señales claras sobre cómo procederá ante el faltante de 19.000 millones de dólares con el que cerró el déficit de cuenta corriente de 2015, tal como lo reveló el viceministro técnico de Hacienda, Andrés Escobar Arango. Esa fue una de las principales conclusiones del Foro Macroeconómico Anif-Fedesarrollo, realizado ayer en Medellín y que convocó a más de 300 personas. El indicador de cuenta corriente muestra que el país tiene un hueco de 6,5 % del Producto Interno Bruto y, en otras palabras, gasta mucho más dinero del que tiene capacidad de producir o recibir. Pero, ¿cómo lo logra?, con deuda. Préstamos que se hacen con bancos en el exterior, fondos multilaterales y venta de Títulos de Tesorería (TES).


Lea también: Déficit fiscal para 2016 será de $30,5 billones Si al país le bajan la calificación en 2017, suplir sus gastos con deuda le va a salir más caro. A un país con menor “prestigio” le cobran más interés, lo que lleva a un círculo vicioso de déficit. De ahí parte la preocupación de los analistas sobre las principales cifras económicas del país, que empiezan a deteriorarse (ver gráficos). “El Gobierno perdió los últimos dos años y no se dedicó a hacer lo que debía. La reforma tributaria es clave y en este contexto se le va a complicar”, aseguró Sergio Clavijo, presidente de la Asociación Colombiana de Instituciones Financieras (Anif). Ese escenario más complejo está amarrado a la desaceleración de la economía en 2016, que crecería por debajo de las expectativas. De los estimados de más de 3 % que se vaticinaron a final del año pasado, las cifras de Anif y Fedesarrollo ya apuntan a 2,5 %, con tendencia a la baja. El guayabo petrolero que le quedó al país, según cuenta Clavijo, le va a salir caro. El sector extractivo le generaba al Gobierno el 3,3% de los ingresos totales de la Nación en 2013 y pasó a cero en 2016. Claro, la reflexión podría apuntar a que, si eso lo provocó el Gobierno, pues que lo arregle él mismo. Pero no es tan fácil. Un déficit que roza con los límites de las calificadoras y que ya se salió de las cuentas de la regla fiscal nos afecta a todos. Por el lado empresarial son claras las señales. La revisión de las expectativas de inversión que ahora son negativas, hicieron que a las empresas colombianas se les mire con el mismo rasero. “Hay un análisis mecánico, para calificar a las empresas se tiene como base el riesgo soberano. Cuando se pone perspectiva negativa para Colombia, se activa la revisión de todas las compañías. Aunque ellas estén bien financieramente, esto afecta los planes a largo plazo, porque tendrán deuda más cara”, acotó Leonardo Villar, director de Fedesarrollo. La ecuación sería así: cada empresa, por más sólida que sea, que busque financiamiento para crecer, deberá rehacer las cuentas con intereses más altos, posponiendo inversiones, empleos, expansiones, en últimas, aplazan crecimiento. “Por eso es que esta reforma tributaria no da espera. No será fácil, requiere capital político y el Ministerio de Hacienda deberá dar esa pelea”, agregó Villar.


Lea también: Presidente Santos plantea reforma para tener un sistema tributario amigable, fácil de interpretar y de pagar Ahora bien, si el Gobierno tiene que reducir lo que gasta, porque no le está entrando tanto dinero, deberá recortar la inversión pública, como programas, subsidios, impulsos a los emprendedores, es decir, se agota la asistencia oficial. “El gran pecado fue hacer tan indispensables para el gasto oficial el dinero que llegaba por renta petrolera y no ahorrar parte. Con la crisis que afronta el sector perdemos todos”, afirmó Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) y quien participó del foro. Los analistas y dirigentes gremiales coincidieron en que por aplazar reformas estructurales ahora habrá que hacerlas en un entorno adverso. “La inflación está desanclada y los analistas la ven sobre 5 % hasta 2017, eso significa que al Emisor le tocará seguir subiendo tasas, por lo menos hasta 7,5 % y, si nos descuidamos, nos pasa lo de Brasil”, advirtió Clavijo. El símil con el país vecino (que completa dos años en recesión) fue recurrente durante el foro, como una suerte de alerta.


Lea también: 6,25% nueva tasa de interés decidida por Banrepública Y como si fuera poco, el afán de la tributaria no sólo está motivado para cerrar el déficit. “Entre 2011 y 2013 hubo una tasa de inversión de 27,5 % del PIB, es decir, la llegada de capital fue la que ayudó a crecer la economía. Si no la motivamos, sería dar un paso atrás”, vaticinó Jesús Botero García, director del Grupo de Coyuntura Económica de la Universidad Eafit. En ese sentido, la reforma tributaria buscaría gravar más a personas naturales (renta e IVA) y reducir la tasa efectiva de impuestos a empresas de 60 % al 35 % sobre utilidades. EL COLOMBIANO.

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