Delitos cibernéticos: Un asunto muy debatido entre China y EEUU.

El espinoso asunto de la seguridad cibernética ha impedido que los lazos entre China y Estados Unidos alcancen todo su potencial. La aparentemente constante guerra de declaraciones ha estado caracterizada por muchas difamaciones por parte de Estados Unidos.

Estados Unidos ha hecho acusaciones de espionaje en línea patrocinado por China y de robo de secretos comerciales patrocinado por China, pero no ha aportado ninguna evidencia concreta. Con estos encontronazos como contexto de la primera ronda del diálogo ministerial China-Estados Unidos sobre combate a los delitos cibernéticos celebrado esta semana en Washington, todos los participantes se mostraron optimistas cuando el evento transcurrió sin contratiempos y resultó más productivo de lo que se esperaba. Ambas partes llevaron a la mesa toda su experiencia acumulada en manejo de asuntos y abordaje de disputas y acordaron utilizar las experiencias anteriores para reforzar las relaciones bilaterales.

Entre los casos discutidos se incluyó el presunto robo de datos de la Oficina de Manejo de Personal de Estados Unidos por parte de piratas cibernéticos chinos. En julio, a sólo dos meses de la primera visita de Estado del presidente Xi Jinping a Estados Unidos, funcionarios estadounidenses acusaron al gobierno chino de estar detrás de una violación de datos delicados relacionados con más de 22 millones de empleados, contratistas, ex empleados y ex contratistas del gobierno federal de Estados Unidos. La administración Obama incluso llegó a amenazar con la imposición de sanciones contra los implicados.

Sin embargo, una vez que el revuelo inicial se atenuó, se descubrió que el incidente fue un acto criminal y no un ataque cibernético patrocinado por el Estado. El revuelo causado por la parte estadounidense fue impetuoso e irresponsable. Esta parálisis de las relaciones chino-estadounidenses basada en acusaciones carentes de fundamento es indicativa del panorama general: la confianza entre los dos países nunca se ha establecido por completo. Cuando surgen las fricciones en torno a la seguridad cibernética, esta falta de confianza causa una reacción en cadena de inquietud y eclipsamiento de las relaciones bilaterales en general y sólo sirve para contrarrestar los avances anteriores. Las conversaciones de alto nivel de esta semana son las primeras después de una interrupción de 18 meses causada por otra acusación de Estados Unidos relacionada con robo cibernético.

Las conversaciones son un paso significativo en la construcción de la confianza mutua y muestran un alejamiento de las caóticas acusaciones entre las dos partes hacia el diálogo y la consulta, la ruta preferida para unas exitosas nuevas relaciones entre potencias.